Madrid - Publicado el - Actualizado
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Representantes de los principales partidos nacionales, con la notoria excepción de Podemos, exigieron ayer la puesta en libertad de los presos políticos venezolanos. El tercer aniversario del encarcelamiento de Leopoldo López unió a diversas personalidades del mundo político, cultural y social, entre ellos los ex presidentes José María Aznar y Felipe González, Javier Solana o Albert Rivera. Se trata de una muestra de unidad en un asunto básico de defensa de los derechos humanos por encima de siglas partidistas. A escala internacional han hecho pronunciamientos similares desde Donald Trump a los presidentes de Argentina, Perú o Colombia. Sorprende por eso aún más la acusación de Pablo Iglesias a Aznar y González de «echar gasolina» al incendio, cuando lo que se necesita ahora es redoblar la presión al régimen venezolano.La comunidad internacional le dio un voto de confianza con su apoyo a la labor del grupo de mediadores encabezado por Rodríguez Zapatero, pero Caracas no ha perdido oportunidad de demostrar que no tenía más interés que ganar tiempo y eludir el referéndum revocatorio exigido por los ciudadanos. La salida democrática a la crisis es más que nunca ineludible en una Venezuela convertida en una olla a presión a punto de estallar. Esto es algo en lo que incluso Pablo Iglesias debería estar de acuerdo.