El campo madrileño no puede hacer frente al aumento de los costes

Un agricultor y un ganadero explican a COPE qué está pasando en el sector y cómo sobreviven a la crisis de las materias primas.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Jesús tiene una explotación de cereal y forraje. Juan Manuel una de cebo con 700 vacas. La crisis de las materias primas les ha disparado de lleno. Esta no es nueva pero sí es más grave. Los precios de los costes han subido -pienso, electricidad, transportes, fertilizantes...- y la industria no respira.

Los agricultores no pueden cambiar sus precios. Están fijos porque los distribuidores tienen la cadena monopolizada. Esto significa que si alguien los modifica, no hay nadie de la competencia que los vaya a comprar. Hay un acuerdo -en el que los agricultores no están incluidos- que lo prohíbe. La peor parte se la llevan los productores de leche. El litro ahora les cuesta 39 o 40 céntimos y lo están vendiendo a 33 o 34.

Jesús explica que, por ejemplo, de ese 24% de más que cuesta el cordero este año, el ganadero no ve nada: “Son los supermercados y las grandes superficies los que deciden”. Cuenta que en Mercamadrid los asentadores “compran” el producto de los agricultores sin determinar el precio. Es después, cuando los clientes lo compran -fruteros, restaurantes, carnicerías, pescaderías...- cuando dan a los agricultores lo que “sobra”, “lo asentadores se garantizan primero sus beneficios y luego pagan nos pagan a nosotros”, dice Jesús.

Los ganaderos aguantan un poco mejor. Ellos sí pueden cambiar el precio de la materia prima, pero no en proporción de lo que les cuesta. El pienso, por ejemplo, costaba el año pasado 240 euros la tonelada. En diez meses ha subido hasta los 324. Es un 33% más. Una explotación de cien vacas cuesta en 2021 un 123% más que el año anterior.

Juan Manuel, de momento, está tranquilo: “Este año vamos a aguantar por la campaña de Navidad. Yo pongo la carne más cara y me la compran porque hay demanda. Es temporada alta de consumo: invierno, frío, fiestas... El problema será a mediados del año que viene cuando llegue la primavera. No habrá tanta demanda y el precio no podrá ser tan alto. Pero si el pienso sigue subiendo no tendré otra opción”.

La reforma de la ley de la Cadena Alimentaria que se aprobó este 2021 pretende controlar la cadena de precios. Se ha establecido un seguimiento de los márgenes para que los beneficios sean proporcionales para todos los miembros de la cadena. Los inspectores de las comunidades autónomas serán los encargados de garantizar que se respete a la base de la industria.