"Si te digo que mis hijos no trabajan en el campo, ya te lo digo todo"

Yolanda, Mari Ángeles, Rafael o Miguel nos cuentan por qué vivir del campo es malvivir 

"Si te digo que mis hijos no trabajan en el campo, ya te lo digo todo"

Ramón García Pelegrín

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Como los centenares de agricultores y ganaderos que se han concentrado este miércoles de febrero ante el Ministerio de Agricultura, Yolanda es una mujer apegada a la tierra. “Lo nuestro es una empresa familiar”, cuenta a COPE. “Somos agricultores de toda la vida. ¿El campo tiene futuro? Si te digo que mis hijos no trabajan en el campo con eso te lo digo todo”. Esta agricultora de la Comunidad de Madrid asegura que “toda la maquinaria necesaria es muy cara y el precio del cereal no tiene nada que ver. En algunos casos lo estamos vendiendo a precios de los años cincuenta. Ahora mismo el kilo de cebada se está pagando a los productores a 17 céntimos el kilo. Una vergüenza”.

En esa misma línea, Miguel, agricultor jubilado de toda la vida nos comenta: “Se malvive del campo. Para los pequeños agricultores y ganadores que hemos venido aquí a protestar es imposible vivir del campo. Igual que tenemos un ejército vital para la defensa de España debemos apoyar al sector agrario porque es vital para nuestra alimentación”.

Otro agricultor veterano, Rafael, reflexiona sobre el importante papel de las mujeres y hombres del campo en el equilibro medioambiental:

“Si en España hubiera incendios como en Australia, los fuegos podrían llegar en tres días de Sevilla a los Pirineos. Si no lo hace es gracias a los agricultores y nuestro trabajo para desbrozar el terreno. Y nadie nos lo agradece”.

Otra agricultora que viene desde Guadalajara, Mari Ángeles, pone el dedo en la llaga: “El valor de nuestros productos no nos llega a nosotros. Si hay tal desfase entre lo que cobramos en origen y lo que paga al final de la cadena el consumidor es que nos están engañando a todos”.