Jorge, un madrileño a punto de ser astronauta de la Agencia Espacial Europea

Ha llegado hasta la segunda fase de selección. Nos cuenta cómo es preparase para cumplir un sueño al que no piensa renunciar.

Gloria López Navas

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1.500 españoles se han presentado este año a las pruebas de la Agencia Espacial Europea para ser astronautas. De ese total, sólo 67 pasaron el primer corte. Entre ellos estaba el madrileño Jorge Pla García.

Jorge superó ese primer corte pero, desgraciadamente, estos días ha caído en la segunda fase. De hecho, nos cuenta a Herrera en Cope en Madrid que, de esos 1.500 aspirantes españoles iniciales, sólo siguen en proceso de selección 3. Confiesa que son de las pruebas más duras que ha hecho en su vida. Ha tenido que ir hasta Hamburgo, en Alemania, y no hay una sola disciplina que no hayan tocado: “ha habido pruebas de rendimiento, de estrés, de memoria, de capacidad de retención, de atención. La verdad es que fueron bastante exigentes”.

Jorge ha tenido que afrontar una gran preparación tanto a nivel intelectual como físico para presentarse. Por eso, juega al waterpolo, monta en bici, sale a correr y, aunque en un primer momento estudió informática, es también doctor en Astrofísica, ha realizado másteres en ciencias espaciales, astronomía y meteorología.

También da charlas, escribe artículos, es ponente de Sutus, la cumbre de turismo espacial y subacuático, y, por si todo esto fuera poco, en la actualidad es investigador de tres misiones de la NASA en Marte. Un trabajo tan bonito como duro. “Es realmente apasionante, es súper bonito y motivador pero también es verdad que es bastante duro”, nos confiesa.

“Siempre me gusta contar la parte bonita” de mi trabajo “pero también la menos bonita”. Por eso, no duda en afirmar que se trata de un trabajo muy exigente, “con un nivel de competitividad y exigencia brutal”.

No es de extrañar que, en realidad, lleve preparándose para ser astronauta toda su vida. Algo de lo que se ha dado cuenta “preparando la carta de motivación para presentarme a la primera fase”, reconoce. “Comprendí que llevo preparándome para esto toda la vida, de forma inconsciente. Es un sueño desde chiquitito y, sin darme cuenta, veo que he ido preparándome tanto en mi formación académica como en mi formación física”.

Por eso, Jorge no piensa tirar la toalla. A sus 42 años, va a aprovecharse de que cada año la edad que pone la Agencia Espacial Europea para hacer estas pruebas sube un poquito más para presentarse, sin dudarlo, a la próxima convocatoria: “Cada vez van aumentando más la edad límite a la que te puedes presentar. En 2008, era 32 años, ahora lo han subido a 50. Y cada vez lo van a ir subiendo más. Así que me voy a volver a presentar seguro, nos cuenta mientras se le escapa una sonrisa.

Y es que, como nos ha explicado, “hemos demostrado que la edad en el espacio es un valor añadido y la experiencia también lo es”. Según las últimas investigaciones que han realizado, “el cuerpo humano en el espacio, cuanto más avanzada es la edad, menos probabilidad tiene de desarrollar cánceres”, sin duda un valor añadido que piensa aprovechar.

Todo con tal de cumplir ese sueño que tiene desde pequeño: “Me gustaba meterme debajo de las sábanas y pensar que estaba en una nave espacial o hacerme un cohete con cajas de cartón, soñando que estaba en el espacio con la ingravidez”.

Un sueño que sigue estando muy presente a día de hoy: “Incluso ahora, de mayor, al formar parte de las misiones de la NASA que están en Marte, con las imágenes que descargamos a diario, me imagino por allí dando paseos”. Ojalá a la tercera vaya la vencida.