Los vecinos del Paseo de la Habana, contra el túnel que conectará el 'macroparking' del Bernabéu

La zona pasará de tener dos carriles por sentido a uno solo, lo que provocará, según los residentes, más problemas de tráfico y menos visibilidad para los comerciantes de la calle.

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Luis Manuel Rafael

Publicado el - Actualizado

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Las obras del estadio Santiago Bernabéu encaran sus últimos meses. Mientras, vamos conociendo cómo serán las reformas que afectarán a los alrededores. El Real Madrid plantea la construcción de dos 'macroparkings' subterráneos. Uno, en el Paseo de la Castellana y otro, en la antigua esquina del Bernabéu. Para acceder a este último, el club blanco y el ayuntamiento de la capital han planteado un túnel con acceso en el Paseo de la Habana y con salida en Padre Damián, que ha generado un profundo malestar entre los vecinos.

Son, en total, 16 comunidades de propietarios a las que no convence el proyecto. No solo por lo que acarrean unas obras de esta magnitud, sino por el resultado final. El tramo final del Paseo de la Habana pasaría de dos carriles por sentido como tiene ahora, a uno solo.

"Esto conlleva que no podría espararnos un taxí, traernos una ambulancia, o recogernos un coche, dado el atasco que se formaría", expone Inmaculada, una de las vecinas.

En la zona, la mayoría de los que viven son personas mayores, con problemas de movilidad. Personas con andador o en silla de ruedas abarrotan la acera cuando no hay partido. Una de ellas es Ana. Para ella, el túnel es complicarles más la vida, una vida que no es sencilla con el estadio al lado. "Entre el estadio, los partidos cada dos días, la falta de aparcamiento, las carreras populares... nos están invadiendo", dice resignada.

No sólo los vecinos se muestran partidarios al túnel. También la treintena de comerciantes que trabaja en la calle. Javier tiene una frutería en el Paseo de la Habana. Su temor es que con un solo carril, se dificulte la carga y descarga. "Cada día, tenemos reparto. Con un solo carril no sé como vamos a hacer para no formar un atasco", expone.

Sin embargo, para los comeciantes éste es el menor de los problemas. Lo peor, señala es que con el túnel perderían visibilidad y por tanto, clientela. "Los coches van a entrar en el túnel y no van a ver escaparates. Si encima no hay aparcamientos, tampoco van a parar, con lo cual no sé que vamos a hacer", expone.

"Nosotros no dependemos sólo de los clientes del barrio, sino de todo Madrid", señala Kiska, que regenta una zapatería. "Dos años con obras, sin tránsito, con ruido, suciedad, van a ser complicados", afirma.

"Lo normal es que la entrada al túnel la hicieran en Concha Espina, que es una calle más amplia y no molestaría tanto", cuenta.

De momento, vecinos y comerciantes, ya organizados, han presentado alegaciones en el ayuntamiento y anuncian movilizaciones si no se detiene el proyecto.