Madrid Central funciona, se cumplen los niveles medios anuales exigidos por la Unión Europea

En estudio desarrollado por universidades españolas han evaluado la efectividad de la implantación de Madrid Central, y los resultados son prometedores

Alejandro Ochoa Agudo

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Después de 50.000 observaciones, y más de 4 años analizando los niveles diarios de contaminación en el centro de la capital. Un equipo de investigadores, ha publicado un estudio en Trasportatios Research. En este equipo trabajan los profesores; Rafael Salas, de la Universidad Complutense de Madrid, María José Pérez Villadóniga y Juan Prieto, de la Universidad de Oviedo, y Ana Russo, de la Universidad de Lisboa.

Nosotros hemos podido hablar con Rafael Salas, de la Universidad Complutense de Madrid, y nos ha explicado, entre otras cosas, cómo han relaizado esta investigación: "Hemos estimado un modelo con datos diarios de contaminación, junto con otras variables meteorológicas, y otras que incluye el efecto de sábados, domingos y festivos y más variables, y hemos analizado dos periodos antes y después del establecimiento de Madrid Central". Nos apuntaba Rafa.

También nos decía: "Hemos considerado todas las estaciones medidoras del ayuntamiento y de la comunidad de Madrid. Las más alejadas han servido de estaciones de control. Los resultados son muy claros: se produce un descenso de unos 11 mug/m3 en la estación de Plaza del Carmen, que supone cumplir con los objetivos de la UE, y equivale a una reducción similar a la de un día festivo. Los resultados son parecidos a los realizados recientemente para la ZBE de Londres, con lo cual demuestra que la reducción de tráfico reduce los efectos contaminantes significativamente y además no generan efectos frontera, pues la reducción, aunque de menor cuantía, se observa en las estaciones cercanas. No solo se produce reducción en las estaciones de tráfico, sino en las estaciones de fondo, situadas más alejadas de las grandes vías de tráfico, y que son representativas de una zonas más extensas".

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Los autores aprovecharon el establecimiento de esta política para identificar el efecto de la aplicación de una ZBE en las concentraciones de NO2. Los hallazgos proporcionan evidencia de que la introducción de la ZBE de Madrid ha tenido un impacto positivo en la reducción de las concentraciones de NO2, medidas por la estación de medición de la Plaza del Carmen.

El efecto es suficiente para situar los niveles medios anuales por debajo de los exigidos por la UE y equivale a una reducción de más de 10 mg/m3, parecida a la de un día festivo. Además, las estaciones de medición de la calidad del aire ubicadas cerca de la ZBE de Madrid también presentaron reducciones significativas, aunque menores, en los niveles de NO2.

Estos resultados sugieren que hubo un efecto de colateral positivo y que no existió “efecto frontera”: la contaminación no se transfirió del centro de la ciudad a otras áreas cercanas. En cambio, parece que los ciudadanos de Madrid cambiaron sus hábitos de transporte.