Un mes después en General Pardiñas, 35: "la explosión continúa"

Los trabajos de demolición del edificio avanzan lentamente. Los vecinos denuncian la falta de colaboración del ayuntamiento, que se unen al 'shock' de haber sobrevivido de milagro.

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Luis Manuel Rafael

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

"La explosión continúa". Es el sentimiento de los vecinos del edificio de General Pardiñas, 35 un mes después de su explosión. Aún en estado de 'shock' por haber sobrevivido de milagro y haber perdido gran parte de sus pertenencias, los residentes denuncian la falta de ayuda y de empatía del ayuntamiento. "Deberían ponerse de nuestro lado y no enfrente", señala Guillermo Bekes, presidente de la Asociación de Víctimas.

Transcurrido este primer mes, los trabajos de demolición y apuntalamiento de la estructura avanzan lentamente. Una gran grúa de color blanco preside la intersección entre las calles de Ayala y del General Pardiñas. La zona sigue acordonada y apenas existe un pequeño pasillo para poder pasar sin tener que dar rodeo. Los vecinos del bloque colindante, el de Ayala, 78 siguen desalojados, y la sensación es que "esto irá para largo", tal y como expone uno de los obreros que trabaja en el inmueble siniestrado.

Hasta la fecha, los obreros sólo han podido acceder hasta la primera planta del edificio, aunque se ha apuntalado buena parte de la estructura. "Estamos trabajando, sobre todo, en el patio central", cuenta otro operario.

A pesar de ello, ya se han podido recoger algunas pertenencias de las viviendas y de los locales de las plantas bajas. "He podido recuperar mis cuadros, mis materiales", explica Bekes, que trabajaba en su estudio de pintura en el sótano en el momento de la explosión. "También un reloj que se ha quedado parado en el tiempo con detonación y que marca el momento: la 1 y 34", describe.

Menos nostalgia emplea Bekes para hablar de como él y sus vecinos de escalera tratan de retomar sus vidas. Fue rescatado prácticamente sin un rasguño por los servicios de emergencias. Ahora, no da en cargar contra el ayuntamiento. "Si la administración no está para este tipo de situaciones, yo no sé para qué está", asegura. "No tenemos culpa de lo que pasó. Se están ocupando del edificio, pero en ese edificio vivían personas. Y las personas parece que no importamos", afirma tajante.

Los vecinos denuncian que no les han ofrecido una vivienda "digna", en el barrio. "La mayoría son pensionistas, jubilados. Alguno se ha tenido que ir fuera de Madrid. Otros, con familiares, e incluso un matrimonio está pagándose un hotel con dinero de su bolsillo", explica. "Ni siquiera nos han ofrecido atención psicológica. Nos dan cita para dentro de seis meses", cuenta. Lo positivo, dice, es que al menos "han conseguido una unión para juntos ir saliendo adelante".

También dudas genera el futuro del inmueble. "Los seguros se pasan la pelota unos a otros. Hasta que no se determine quienes son los responsables, no vamos a ver ni una ayuda", explica.