“Pajes reales adoptivos” en Moratalaz para que ningún niño se quede sin su regalo de Reyes Magos

Los 37 niños de esta parroquia han escrito ya sus cartas. Éstas han sido recibidas por unos pajes muy especiales que van a ayudar a los Reyes en tiempos de pandemia

Gloria López Navas

Publicado el - Actualizado

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Van a ser unas Navidades difíciles para muchas familias. Sin embargo, en el barrio de Moratalaz ningún niño se va a quedar sin recibir la visita de los Reyes Magos. Y es que la parroquia Nuestra Señora de la Merced ha puesto en marcha una bonita iniciativa. Consiste en pedir ayuda a unos pajes reales adoptivos que se han hecho cargo, cada uno, de las cartas que han escrito 37 niños. Son los hijos de las familias del barrio que están saliendo adelante gracias a la ayuda de la división de Cáritas de esta parroquia.

Lo hacen así para evitar lo que ha ocurrido otros años, que se juntaban con demasiadas muñecas y pocos coches. La respuesta de los feligreses ha sido increíble, como nos ha contado a Cope, Cristina Estrada, una de las impulsoras de este proyecto: “Este año la respuesta ha sido brutal. En menos de una semana ya estaban todos los niños asignados”.

Pero cualquier ayuda es bien recibida en tiempos de pandemia, por eso, nos cuenta Cristina, “como hemos tenido que rechazar muchas solicitudes, le hemos dicho a todas esas personas que querían ayudarnos, que en vez de juguetes ya nos trajeran otras cosas como turrones o polvorones”.

No hay límite de gasto para los pajes reales pero si de cantidad. Sólo se permite un juguete por niño para que lo sepan valorar mejor. Y todo se hace, además, en el más estricto anonimato. Por eso, aunque éste sea un año difícil, los niños de Moratalaz van a ser unos privilegiados: “¿Este año por la pandemia hay más niños que se podrían quedar sin regalos? Desde luego aquí en La Merced no. Aquí todos los niños de 0 a 10 años van a tener su regalo”, nos comenta Cristina.

Pero en esta parroquia no sólo se acuerdan de los más pequeños. También tienen muy presentes a los más mayores. Por eso, con esos dulces y demás productos que ya están recibiendo crean unas cestas de Navidad que reparten entre los más veteranos. Este año no van a tener la tradicional fiesta que suelen hacer todas las Navidades pero no se van a quedar sin obsequio.

El padre Juan es el párroco de Nuestra Señora de la Merced y la verdad es que no puede estar más orgulloso de todas estas iniciativas y de la respuesta de sus feligreses: “Es conmovedor que un párroco esté dando gracias a Dios por lo bien que se portan y lo bien que hacen las cosas los feligreses”, nos confiesa.