Primer día de confinamiento en Vicálvaro

Los vecinos se quejan de la confusión sobre las zonas con restricciones y piden un confinamiento más estricto

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Los vecinos de Vicálvaro-Artilleros han afrontado este lunes el primer día de restricciones a la movilidad después de la ampliación de la Comunidad de Madrid a un total de 45 áreas de salud. Sólo pueden salir de su zona para actividades consideradas imprescindibles, re reduce al cincuenta por ciento el aforo de los espacios cerrados y la hostelería tiene como horario límite las diez de la noche, entre otras medidas.

En Vicálvaro, la primera jornada ha transcurrido “con cierta normalidad, más o menos como el resto de días”, nos cuenta Gemma a las puertas del centro de salud donde una decena de personas hace cola guardando las distancias esperando su turno. Ella lamenta la confusión a la hora de definir las zonas a las que afectan las restricciones porque “no acaba de estar claro por dónde puedes y no puedes pasar”.

Blas opina lo mismo. Vuelve del mercado, donde se han encontrado una actividad “normal para un lunes” y con la compra en la mano nos cuenta que “no tenemos nada claro las zonas ni por qué en un acera sí y en otra no, por qué en un lado de la calle hay un bar en el que sí se puede entrar y al otro lado otro donde no”, explica. “Es muy complicado”, lamenta.

Por eso, algunos de los vecinos piden medidas mas estrictas “un confinamiento igual que en marzo”, apunta Pilar, de camino a la panadería. Piensa que estas medidas parciales “no servirán para mucho”. Unos pasos más allá, Mónica coincide con ella “por qué confinar una calle sí y otra no, si hay tanto coronavirus que se confine todo, no entendemos nada, estamos perdidos”, lamenta. A su lado Jorge califica de “tontería”, que sólo se confinen unas calles y apunta también la necesidad de un confinamiento más estricto.

Todos, eso sí, llevan a mano el justificante de movilidad por si se topan con un control. Las multas por incumplir las restricciones pueden ir desde los 600 a los 600.000 euros.

En el barrio también lamentan que mucha gente siga haciendo vida normal y sin cumplir adecuadamente con el uso de la mascarilla.