¿Cuál es la situación 48 horas después de la explosión en la Calle Toledo número 98?

Hoy los bomberos cuentan con dos robots que les ayudan a retirar los restos de forma más rápida y segura

Alejandro Ochoa Agudo

Publicado el - Actualizado

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A las 14.58 de este viernes, 48 horas después de la explosión que retumbó en el centro de la capital, los equipos de bomberos siguen retirando escombros del edificio. La Policía Municipal de Madrid siguen cortando el paso a la calle de coches, taxis y autobuses. También a los vecinos que en el caso de no ser extremamente necesario, no pueden acceder a sus viviendas.

La Policía Municipal de Madrid acordona la zona y está pendiente en todo momento de la entrada y de la salida de los vecinos. Que en el caso de no ser extremamente necesario no pueden acceder a sus viviendas. Te recordamos que hoy todavía hay 23 vecinos y 56 ancianos que todavía no pueden entrar en sus casas. Y que el impacto de la explosión ha hecho que esta zona se convierta en un ir y venir de gente que viene a ver cómo avanzan la normalización de la calle.

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La fuerte explosión en el edificio que acogía un conjunto de casa parroquiales ha hecho que hoy, el párroco de la Virgen de la Paloma ha emitido un comunicado en el que asegura que ni David Santos ni el sacerdote Rubén Pérez escribiera a través de un comunicado que “en ningún momento se han manipulado ninguna caldera”.

"Fuimos seis personas las que percibimos, en apenas unos minutos, un extraño olor a gas en cuatro puntos distintos: patio, planta cero, planta quinta y planta sexta. Pero no dio tiempo a nada más que a advertir ese olor", destaca en la nota en la que reflexiona que fue un "lapso tan breve" que no fueron "conscientes de lo que estaba pasando".

Benedicto recalca que deben ser pacientes y esperar el informe de la Policía Científica sobre los avances de las investigaciones."No tengo más que agradecimiento por haber sido testigo de la vida de estos dos grandes amigos. Estaban siempre juntos y así les encontró la muerte", dice sobre la relación de amistad entre dos de los fallecidos, el sacerdote y el electricista.

Sobre Rubén Pérez de Ayala, su compañero en la iglesia, afirma que ha conocido "su fuerza en la debilidad, su paciencia al obedecer, su sentido del humor, su agudeza". Por su parte, David Santos era un "padre ejemplar, dispuesto siempre a entregar su tiempo día y noche" y destaca su amor por Sara (su mujer), "devoto de la Virgen, fanático del Atleti".

"Ni David ni Rubén ni ninguno de nosotros tuvo tiempo de intervenir en modo alguno. Solamente, como cualquier persona preocupada por el olor a gas, intentaron conocer la causa, seguir el rastro, sin manipular en ningún momento ninguna de las calderas", explica. Para finalizar, el párroco afirma que está en contacto con todas las administraciones para colaborar y "esclarecer cuanto antes la verdad y la secuencia de los hechos".