Vuelta al cole con mascarilla entre zanjas y excavadoras

El Ampa del colegio público Tomás Bretón consigue in extremis que el Ayuntamiento concluya a destajo las obras que impedían acceder en el corazón de la Mahou-Calderón

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Ramón García Pelegrín

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

A contrarreloj y en el último minuto. Las zanjas y los obstáculos que imposibilitaban un acceso seguro en la vuelta al cole Tomás Bretón han desaparecido en estas últimas horas. Hasta este mismo lunes, treinta operarios han trabajado a destajo para permitir el regreso a las aulas de 300 de los 500 alumnos matriculados en este centro educativo de Arganzuela, próximo al demolido estadio Vicente Calderón.

Los padres y las madres de los alumnos han mostrado cierto alivio tras varias jornadas de agobio y preocupación como cuenta a COPE David, padre de un estudiante del Tomás Bretón : “Ha sido casi un milagro. Hace solo 24 horas había unas zanjas enormes en la puerta del colegio que además no tenía agua corriente. La verdad es que la situación era bastante preocupante. Hoy las zanjas están tapadas aunque falta todavía mucho por hacer. La incorporación de los pequeños a clase está yendo razonablemente bien. Lo cierto es que teníamos mucha preocupación pero ya estamos bastante más tranquilos”.

Este padre de un alumno de Cuarto de Primaria no entiende porque la Junta municipal de Arganzuela y el Ayuntamiento han tardado tanto en reaccionar. “Es algo incomprensible”, apunta David, “las obras que se estaban haciendo alrededor del colegio forman parte de la operación Mahou-Calderón que lleva mucho tiempo encima de la mesa y no se entiende que en un centro educativo, a solo pocas fechas de la apertura del curso escolar y con el añadido de la pandemia, todo esto pudiera estar en una situación tan caótica. Había una comisión de seguimiento de las obras que se ha convocado para finales de septiembre con el curso ya avanzado. Ha sido una falta de planificación incomprensible”.

Mientras tanto, el Instituto Gran Capitán respira más tranquilo, con las puertas cerradas hasta mañana, aunque es otro centro educativo directamente afectado por el desarrollo urbanístico Mahou-Calderón. Este miércoles se incorporan alrededor de trescientos alumnos de Tercero de la ESO y Segunda de Bachillerato aunque no lo tendrán fácil para llegar con las calles aledañas llenas de obstáculos y zanjas.

En el colegio Joaquín Costa, colas bastante largas y aglomeraciones puntuales de alumnos y padres en las aceras esta mañana. Demasiada concurrencia debido a las obras de la cercana glorieta de Francisco Morano para esos novecientos estudiantes que han regresado a las aulas. La portavoz del AMPA del Joaquín Costa, Xiomara Cantera, asegura a COPE que “en líneas generales ha ido todo bien aunque ha habido más gente en las aceras de lo deseable. Las obras de la Mahou-Calderón han provocado que la cola fuera algo caótica”.

Entre mascarillas, gel, termómetros y calles patas arriba, casi tres mil alumnos asumen una gincana todos los días para llegar a sus aulas en estos tres centros educativos en pleno epicentro de las obras de la Mahou-Calderón.

Es otra vuelta de tuerca en la vuelta al cole.