Llega el Orgullo a Chueca y los vecinos huyen de su barrio

Después de dos años de pandemia se vuelve a celebrar el Orgullo y este año se hará como siempre, sin aforos ni restricciones. Sin embargo, aunque arranca la época de vacaciones para muchos, para algunos son vacaciones por obligación. Esta fiesta, que dura 10 días, genera tal bullicio que puede resultar un quebradero de cabeza para muchos de los vecinos del barrio de Chueca. Los principales afectados.

Esteban Benito, vecino de Chueca, vive en el epicentro de esta celebración, en la Plaza Pedro Zerolo y cada año solicita sus vacaciones por estas fechas para evitar sufrir esta situación. Lo que ve al salir de su portal es “un puro botellón de gente que está bebiendo en la calle y que se van con las neveras de su casa, con alcohol para toda la noche ¿qué efecto genera esto? Fundamentalmente el ruido, que es insoportable”.

El caso de esteban no es un caso aislado. Alrededor de un centenar de vecinos abandona el barrio por la suciedad, los olores y el ruido que deja esta celebración. Hay que destacar que, aunque los años de pandemia dio algo de tregua a este problema, los vecinos se lamentan que llevan viviendo esta situación desde el año 2007. Según Esteban Benito, nadie se ha encargado de solucionar este problema todavía, aunque no pierde la esperanza y confía en que “haya alguien en algún momento que ponga orden a este descontrol”.