Las residencias de mayores madrileñas recuperan la normalidad y los abrazos

Más calor humano en las residencias de mayores. La evolución favorable de los datos epidemiológicos de Madrid región, en esta sexta ola en declive, ha permitido la entrada en vigor de este protocolo.

Unas nuevas medidas que relajan el cómo, dónde y cuándo se pueden realizar las visitas y las salidas en los centros de mayores.

Se recupera así la normalidad y se vuelve al punto de partida prepandemia, tras el paso atrás en cuanto a restricciones que supuso el tsunami ómicron en diciembre.

Se mantiene el uso de las mascarillas y la distancia de seguridad por parte de trabajadores, residentes y familiares.

Lo mejor de todo es que ya no hay limitaciones ni en el número ni en la duración de las visitas. Las habitaciones de los usuarios pueden volver a ser escenario de esos emotivos encuentros entre residentes y familiares.

Además, se recupera el contacto físico con las manos y los abrazos rotos por el Covid. Los residentes podrán salir, sin límite alguno, de los centros donde vivan durante el fin de semana o en vacaciones.

Para familiares y residentes, estas medidas suponen una gran alegría y alivio como nos cuenta Paloma. Ha venido a ver a su madre y a su tía a la residencia donde viven en el centro de la capital.

“Siempre nos mandan información y nos tienen al día sobre los protocolos. Veo muy bien estas nuevas medidas. Las personas mayores han estado muy encerradas y esto supone una liberación para ellas”, apunta Paloma.

En otra residencia, en la localidad de Tres Cantos, este lunes está siendo un día de mucho ajetreo. Se está informando a los residentes y sus familias de todas las novedades.

A Inmaculada, que tiene en la residencia a su madre de 95 años, este nuevo protocolo de la Comunidad de Madrid le parece estupendo y ya piensa en lo que pueden hacer ambas este martes.

“Me acabo de enterar de los cambios gracias a ti. Tenía previsto acercarme a ver a mi madre mañana. Si pudiera quedarme a comer y estar con ella todo el día sería fantástico” declara, exultante, Inmaculada.

El protocolo es tan reciente que a alguna residencia le ha pillado con el pie cambiado. Judit se queja de que en el centro donde vive su madre le han prohibido celebrar las dos juntas su cumpleaños el próximo jueves.

Ahora solo espera que la dirección de la residencia actualice sus horarios con la entrada en vigor del nuevo protocolo regional.

La tarta de cumpleaños con sus 90 velas está esperando.