Los vecinos de El Cañaveral no tienen ni transporte público ni colegios

Este barrio, a los pies de Vicálvaro, empezó a construirse hace cinco años. Actualmente son 10.000 vecinos y se prevé que en dos años lleguen a los 25.000.

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Al barrio de El Cañaveral se llega atravesando un polígono industrial antiguo y un túnel pequeño lleno de grafitis. Parece que no vas a llegar, pero al final llegas, de repente, a un páramo con muchos edificios de viviendas modernos, con terrazas, piscinas y pistas de pádel, y muy pocos locales. Las avenidas son amplias y la gente que camina por la calle ni se roza ni se intuye. Hay muchos perros y pocos servicios.

El Cañaveral pertenece a Madrid: está cerca de Vicálvaro, pero todavía más cerca de Coslada. En coche se tarda tres o cuatro minutos. Este barrio empezó a construirse hace cinco años y ha ido creciendo cada vez a más velocidad. Sobre todo, dice Lorenzo, uno de los farmacéuticos del barrio, durante la pandemia. Él tiene, junto a una compañera, una de las cuatro farmacias del barrio. “Supermercado no hay, pero farmacias cuatro. Ya ves”. Vive en Montecarmelo y rápidamente dice que tiene coche, claro, “si no imposible”. “Ahora mismo no hacemos mucha caja, estamos para lo que estamos, para aguantar hasta que el barrio crezca más. Esto es una inversión”.

Tampoco hay colegios públicos. El censo del barrio es de unos siete mil vecinos pero Víctor, uno de ellos, dice que son muchos más, “unos diez mil. Lo que pasa es que la gente no se censa para no perder los puntos de los colegios. Se quedan en su antiguo barrio o en el de sus abuelos o lo que sea. Va a ser muy difícil saber cuánta gente hay”. Y más dentro de dos años. Las casas no paran de aparecer; se prevé que en dos años sean veinticinco mil vecinos. Escuelas infantiles hay cuatro, privadas. Institutos, claro, ni uno.

El transporte público es otro problema al que todos parecen haberse acostumbrado. Hay un interurbano que atraviesa Coslada y da la vuelta a todo el barrio, y dos de la EMT, un 159 al barrio de Las Rosas y un E5 a Manuel Becerra. Lorenzo, el farmacéutico, dice que ahora hay más porque el cupo lo llenan los obreros, “si no, ya te digo que no habría tantos”. Lorena estudia en la Universidad Autónoma y tiene que ir corriendo todas las mañanas a coger el autobús, “voy hasta Vicálvaro al cercanías, si lo pierdo tengo que esperar media hora”. Lucián va al instituto en Coslada, “en coche son tres o cuatro minutos. En transporte voy hasta Vicálvaro y allí cojo el metro. Es innecesario”. Carlos teletrabaja y se ahorra el transporte entre semana. “Los findes voy con el coche al metro para subir a Madrid, te acostumbras”.

Dijeron que iban a ampliar la línea 2 de Metro, desde Las Rosas, pero de momento no tienen noticias. Lo más lógico sería ampliar la línea 7 en el tramo de Coslada, pero esa zona ya no pertenece a Madrid. También sería necesaria una parada de Cercanías, pero tampoco hay respuesta.

Por carretera, la M-45 solo tiene salida hacia el norte y por las mañanas, en hora punta, se genera un embudo que dificulta el tráfico. Cada vez hay más vecinos así que este problema solo va a empeorar. Para ir a Madrid no hay ningún problema, pero la R-3 es de pago, “ya la podrían poner gratis que para eso esto es Madrid”, dice Juan, otro de los vecinos que lleva a sus hijas a un colegio en Las Ventas.

A estos problemas de la falta de servicios y de un transporte público eficaz se suma la poca iluminación de las calles por la noche. Lo que une El Cañaveral con Coslada es un carril bici amplio y oscuro. Los vecinos necesitan una solución, porque cada vez los problemas y los afectados son más.

Herrera en COPE

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Con Carlos Herrera

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