Los vecinos de Cuatro Vientos se rebelan contra los cantones de limpieza

El ayuntamiento quiere construir dos cantones de limpieza en una parcela colindante a una urbanización en la que viven 300 vecinos.

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Los vecinos de Cuatro Vientos se rebelan contra los cantones de limpieza

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La urbanización se construyó en 2013. Los pisos cuestan de media 300.000 euros. Tienen al lado el aeródromo. Hay un colegio con 1500 niños, una escuela infantil municipal y una academia de inglés para niños. En el bloque hay 168 pisos, unos 300 vecinos más o menos. En la parcela de al lado -literalmente a un metro de distancia- hay un descampado medio vallado por el que pasean parejas con perros. Ahora, el ayuntamiento quiere construir dos cantones de limpieza.

Un cantón es una instalación para guardar maquinaria y vehículos municipales destinados a la limpieza. También es el lugar al que van los operarios a cambiarse de ropa, dejar su coche y empezar la jornada. Los camiones descargan allí la basura. La guardan y la llevan más tarde a los vertederos. En Cuatro Vientos hay previstos dos, uno para maquinaria pesada, y otro para el día a día de los trabajadores con 16 plazas de garaje incluidas.

“Los ruidos, los olores, el trasiego de tráfico... esta es una zona residencial”, dice Mónica, vecina del bloque. “Tenemos un montón de ideas para que el ayuntamiento construya en esta parcela. Un polideportivo, un centro cultural... pero, ¿un cantón? Es que ¿qué es eso?”. En Carabanchel hay uno. Es antiguo y la maquinaria, dicen, está desactualizada. Pero los vecinos llevan años quejándose, sufriendo los ruidos y las noches de insomnio.

Los vecinos necesitan que lo reubiquen. Estos cantones van a dar cobertura a tres distritos distintos. Hay muchos más en la región pero todos están lejos de zonas urbanas menos el de Carabanchel y este que quieren construir. “Esto tiene que estar en una zona industrial”, dice Francisco, otro vecino del barrio. “Además del ruido y los olores, aquí hay muchos niños, esta zona es residencial. Es peligroso para ellos también”. Se han organizado y han recaudado firmas; más de mil en una semana. Se concentran todos los miércoles en la calle para hacer una cacerolada y pelear por su barrio.

Van a contrarreloj. Nadie les avisó y nadie les explicó qué iban a hacer. “Nos enteramos porque un vecino vio unos camiones y a un operario cogiendo medidas. Le dijo: ¿qué vais a hacer? ¿Una parada de metro? Le contestó que no, que aquí iba un cantón”. Esa es otra, dice Mónica, “no tenemos metro”. El suelo es municipal y en teoría el ayuntamiento puede hacer lo que quiera. El lunes el asunto se discutió en el pleno del distrito de Latina y ningún grupo político votó en contra de la reubicación (PSOE, Más Madrid, Recupera Madrid y VOX votaron a favor y Ciudadanos y PP se abstuvieron). Ahora van a llevarlo al ayuntamiento pero esto puede que no suceda hasta enero. El terreno ya está adjudicado y pueden empezar a construir en cualquier momento.

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