Miedo e incertidumbre en un Madrid a punto de ser confinado
Muchos no saben cuándo entrarán en vigor estas medidas ni cómo les afectarán en su día a día
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Los habitantes de Madrid capital y otros nueve municipios de la región aguardan con miedo e incertidumbre información clara sobre las restricciones de movilidad anunciadas por el Gobierno central, ya que muchos no saben cuándo entrarán en vigor estas medidas ni cómo les afectarán en su día a día. "Las medidas no son nada claras, y es vergonzoso que la Comunidad ponga antes sus intereses que la sanidad", protesta Emiliano desde su taxi, esperando a que se suba algún cliente en la parada de la Estación de Atocha, aunque asegura que "a día de hoy" apenas viene gente de fuera de Madrid.
"En esta parada de Atocha hay días que te tiras tres horas y en el aeropuerto de las cuatro o cinco horas no bajas", cuenta el taxista, que aunque estima que su gremio está facturando un 70 por ciento menos desde marzo cree que hay que priorizar la sanidad. Sara viene por trabajo desde Valladolid en un tren que estaba "hasta arriba de gente" y aunque opina que está bien que se cierre Madrid porque "prima la salud" cree que las negociaciones entre el Gobierno central y el madrileño han generado bastante confusión entre la población. En la arteria principal de la ciudad, la calle Gran Vía, es fácil ver comercios, hoteles, restaurantes y tiendas de 'souvenirs' cerradas.
Entre los locales que permanecen abiertos está la perfumería en la que lleva trabajando 25 años Carmen, quien explica que "esta es una zona a la que la gente no viene" porque muchos clientes habituales viven fuera del centro y los trabajadores de oficinas cercanas están "teletrabajando". "Si nos confinan será peor, porque la gente que sigue viniendo pues ya no lo podrá hacer", lamenta la mujer, que dice haber sufrido una caída de un 50 % en las ventas durante estos meses en los que "prácticamente" no ha habido turistas.
Mario, que trabaja en una tienda de bocadillos, tampoco tiene claro si se va a confinar o no Madrid, aunque espera que no lo hagan porque "el golpe a la economía se siente en primera mano". En la plaza de Pedro Zerolo, en Chueca, Miguel Ángel, encargado de un restaurante, comenta que la información que le llega sobre las nuevas restricciones en Madrid "es un lío" porque como el Gobierno y la Comunidad "no se ponen de acuerdo" y no sabe a quién hacer caso. "La gente está confundida", dice el hombre desde detrás de la barra del restaurante mientras señala la terraza, que está "a menos de medio gas". Asegura que la facturación ha podido caer un 70 % y que el turismo está "a cero", por lo que intentará "aguantar" y "cuando no se pueda, habrá que pegar el cerrojazo".
Las restricciones a la movilidad entrarán en vigor la noche del viernes en Madrid capital y otros nueve municipios madrileños: Móstoles, Alcalá de Henares, Fuenlabrada, Leganés, Getafe, Alcorcón, Torrejón de Ardoz, Parla y Alcobendas. En todas estas ciudades no estará permitido entrar o salir salvo para actividades "adecuadamente justificados", como ir a trabajar, y habrá más reducciones de aforos y de horarios en locales comerciales y de hostelería.
En Móstoles, que hasta ahora no tiene ninguna de sus áreas sanitarias restringidas, pero cuya tasa de incidencia acumulada supera por poco el límite de 500 contagios por cada 100.000 habitantes que ha planteado el Ministerio de Sanidad como uno de los criterios para confinar, la mayoría de vecinos están "atónitos". Juan Carlos, vecino del área sanitaria de El Soto, que en estos momentos tiene la tasa más alta de la localidad, ve "todo un despropósito que los políticos no se pongan de acuerdo", porque genera "una gran incertidumbre a los que vivimos en estas ciudades". "Mi hijo tenía ahora cuatro días de vacaciones, se quería ir con su pareja a Murcia, pero ha acabado cancelando el viaje", explica.
En un bar de Getafe madrugan para servir cafés y desayunos entre bromas con los clientes: “Aprovecha, que a lo mejor hoy es el último día de barra”, dice la camarera desde el otro lado del mostrador. “Nadie sabe lo que va a pasar, hay mucha incertidumbre”, explica Miguel, uno de los camareros del bar, que alerta de una situación “bastante complicada” ante el recorte de aforo y de horarios planteado por el Ministerio de Sanidad. En Torrejón de Ardoz, donde se registró el primer foco de contagio en la Comunidad de Madrid, Gregoria asume con resignación las medidas. "Si son necesarias, pues a por ellas", dice desde el mostrador de su panadería la mujer, que percibe "cada vez más temor, temor a salir y temor a gastar".