El plan de legislatura de Sánchez se tambalea con los apoyos a unos Presupuestos en el aire

En La Moncloa admiten moverse ahora mismo a ciegas con Junts que ha propinado ya severos golpes a los socialistas

EFE

Pedro Sanchez en China

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

El plan de Legislatura de Pedro Sánchez se tambalea con los apoyos a unos Presupuestos Generales del Estado en el aire. 

En La Moncloa admiten moverse ahora mismo a ciegas con Junts que ha propinado ya severos golpes a los socialistas. Entre ellos, les tumbaron la senda de estabilidad que aprueba de nuevo este martes el Consejo de Ministros. 

Con todo, la consigna del Gobierno vende a nuestro país como un modelo de “estabilidad”. 

La falta de certeza es tal que el propio Pedro Sánchez ha dejado ya un aviso a los socios parlamentarios y particularmente a Junts, que ha tensado las ya de por sí difíciles relaciones con el PSOE tras la investidura de Salvador Illa, según informa este martes, Ricardo Rodríguez, jefe de Política de COPE. 

El presidente ha recalcado públicamente que seguirá adelante con la legislatura con o sin el concurso del Legislativo. 

En definitiva según persisten los suyos, unos nuevos Presupuestos Generales del Estado, llegarán al Congreso y cabe descartar un adelanto de las generales aunque se tumben. 

¿adelanto electoral?

En este sentido, la falta de garantías podría llevar a que el Congreso de los Diputados rechace las cuentas y las devuelva al Gobierno, como ya ocurrió con los presupuestos de Felipe González para 1996 y de Pedro Sánchez para 2019.

En ambos casos, tras el rechazo presupuestario se celebraron elecciones generales. Las de 1996 ya estaban convocadas, mientras que Sánchez adoptó la decisión de adelantar las de 2019 tras no sacar adelante sus cuentas, algo que no parece que vaya a suceder en este momento, ya que el Gobierno cree que, si es necesario, puede seguir trabajando con una nueva prórroga de los presupuestos de 2023.

El argumentario socialista sostiene ahora que en medio del panorama internacional, desde Francia a Alemania y pendientes de Estados Unidos, España resulta ser un exponente de estabilidad. Eso difunde al gobierno en su hoja de ruta. Sin embargo se cruza este otoño el Congreso de Junts que complica la entente. 

El Ejecutivo cree relevante el cónclave y admite ir a ciegas ante el hermetismo de los separatistas.

La senda de estabilidad, primer escollo

El Gobierno ha retomado por tanto la iniciativa presupuestaria  con la decisión, anunciada por Sánchez, de aprobar una nueva senda de estabilidad para el periodo 2025-2027 en el Consejo de Ministros de hoy.

Esta sería la segunda senda de estabilidad presentada para el mismo periodo, ya que la primera fue rechazada en el Congreso después de que Junts sumara su negativa a las de PP y Vox tras conocer el acercamiento entre el PSOE y ERC para investir a Salvador Illa como presidente de la Generalitat.

La senda de estabilidad constituye el paso previo a los presupuestos, ya que fija los objetivos de déficit y deuda y va acompañada del límite de gasto no financiero o techo de gasto, que se debate en las Cortes pero que no se vota.

La vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya ha advertido esta semana de que aunque la senda de estabilidad no salga adelante en el Congreso, su intención es la de presentar presupuestos, que en ese caso se basarían en los objetivos de estabilidad actualmente vigentes -más laxos con el Estado pero más estrictos con comunidades autónomas y ayuntamientos-.

antes de octubre

El calendario presupuestario prevé que las cuentas entren en el Congreso antes de octubre para dar margen a terminar la tramitación parlamentaria -que se suele extender unos tres meses- antes de que finalice el año y que así los presupuestos estén en vigor el 1 de enero.