¿Quién relevará a Guindos? Quinielas y más quinielas

Una vez se anunció la candidatura de Luis de Guindos a la vicepresidencia del Banco Central Europeo ya empezaron a salir listas de posibles sustitutos en el ministerio de Economía. Es sabido que a Rajoy no le gustan los grandes cambios. Eso descartaría que aproveche la ocasión para hacer una crisis de Gobierno más amplia, que afecte a más ministros. El carácter del presidente también hace que lo lógico es que recurra a alguien de su círculo de confianza para ocupar la cartera de Economía.

Partiendo de estas premisas uno de los nombres que más suena es el de Álvaro Nadal. Sumaría las competencias de Economía e Industria para crear un superministerio (con Energía, Turismo y Agenda Digital). Es una de las personas más cercanas a Rajoy, al que hizo muchos papeles cuando estuvo al frente de la Oficina Económica de Moncloa en su primera legislatura. También cuenta con opciones su hermano Alberto, actual secretario de Estado de Presupuestos. Sin salir del Ejecutivo tenemos a la titular de Agricultura Isabel García Tejerina. Tiene buena imagen en Europa, como negociadora, aunque en las últimas horas ha insistido en su “vocación agraria” para decir que está bien donde está. Cristóbal Montoro parece que no está por la labor de asumir más carga. Dice que bastante tiene con Hacienda.

Fuera del Gobierno hay más alternativas. Por ejemplo la de Josep Piqué. Tiene experiencia, buena imagen y sería un guiño a Cataluña. Se habla además de Fernando Bécker, amigo personal de Rajoy y que hasta ayer precisamente ha sido director corporativo en Iberdrola. Fue consejero de Economía de la Junta de Castilla y León con Aznar y presidente del ICO. Otro posible es Román Escolano, actual vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones.

Por completar la lista añadimos personas muy cercanas a Guindos como el ex secretario de Estado de Economía Íñigo Fernández de Mesa o la que fuera responsable del Tesoro Rosa Sánchez-Yebra. Son nombres, más nombres. El problema es que hacer quinielas con Rajoy siempre es complicado.