Si estás ayudando en la limpieza de la DANA, ten cuidado con las ampollas: así puedes prevenirlas y curarlas
Después de haber estado muchas horas trabajando, utilizando herramientas y rodeados de agua y barro, las ampollas pueden convertirse en una molestia a tener en cuenta
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Estos días se ha puesto de manifiesto la increíble voluntad y el deseo de todos los españoles por ayudar a aquellas zonas en las que los efectos de la dana han sido devastadores, ya sea en Letur, en Castilla-La Mancha, o en Valencia, en pueblos como Paiporta o Chiva, entre muchos otros.
Miles de jóvenes, y no tan jóvenes, han dejado sus vidas de lado para ir a aportar su granito de arena con el objetivo de que las personas que lo han perdido todo puedan volver a la normalidad cuanto antes o, por lo menos, a una situación lo más corriente y agradable posible.
Como nos han relatado en COPE sus protagonistas, las condiciones son muy duras. Largas horas de trabajo con herramientas que no siempre son las mejores, mucho sudor y mucha humedad que cala los calcetines... Todo compone un cóctel perfecto para que nos aparezcan las molestas ampollas.
¿Qué son las ampollas y cómo surgen?
Quien las ha sufrido, seguro que sabe o intuye que se trata de una bolsita llena de líquido que se forma en la piel, principal y más comúnmente en los pies y en las manos debido a la fricción, a la humedad y al calor.
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Estas burbujas debajo de la piel se forman cuando las capas de esta se separan y se rellenan con suero o plasma sanguíneo. Aunque tengamos claro que son molestas, si no las tratamos adecuadamente pueden traer consigo complicaciones.
La aparición se puede deber a la intensa actividad física y al roce constante de un mal calzado como el que podemos llevar en una situación como esta y mientras estamos durante horas trabajando para limpiar las calles y quitar escombros.
Además, hay que tener cuidado de exponernos a infecciones, ya que algunas pueden ser las causantes de ampollas cuando bacterias penetran en la capa superior de la piel. Después de varios días rodeados de fango y agua estancada, ya conocemos los peligros sanitarios que pueden acarrear.
¿Cómo podemos intentar evitarlas?
Lo ideal para cualquier situación pasaría por evitar los factores de riesgo que comentábamos, pero en estos momentos, lo más comprensible es trabajar y aguantar con lo que tenemos a mano.
De todas maneras, podemos tomar algunas medidas como utilizar calzado adecuado con el objetivo de evitar que se nos empapen los pies y, sobre todo, los calcetines, para evitar mantenerlos mucho tiempo húmedos.
¿Cómo me puedo curar las ampollas?
Todo dependerá de cómo pillemos la ampolla y de los recursos de los que dispongamos, ya que no podremos tratarla igual si estamos de vuelta en nuestra casa o si seguimos ayudando en Valencia, por ejemplo.
La podóloga y creadora de contenidos relacionados con la salud de los pies Neus Moya ha compartido una publicación en Instagram en la que propone una guía para curar las ampollas en esta situación:
- Si la ampolla ni es dolorosa ni está infectada, lo mejor es dejarla intacta, dejarla al aire el tiempo que podamos y esperar a que la reabsorba la piel.
- Si la ampolla nos duele, pero no está infectada, podemos intentar drenar el líquido limpiando la zona con agua y jabón y haciendo un pequeño pinchazo en el lateral de la ampolla. Es importante nunca retirar la piel y, si podemos, aplicar antiséptico, cubrirla con una gasa estéril y cambiarla a menudo.
- Si se nos rompe la ampolla es importante aplicar antiséptico en la zona y cubrir con apósito o con gasa.
- Si se nos ha infectado la ampolla, lo mejor que podemos hacer es acudir a un profesional. Si no podemos, una alternativa es aplicar pomada antibiótica y dejar el pie al aire las horas que se pueda.