¿Cuántas veces puedo reutilizar una botella de plástico antes de que pueda afectar a mi salud?

Hoy en día, uno de los grandes problemas a los que hace frente la humanidad es la contaminación. Al año, producimos más de 430 millones de toneladas de plástico. De esta gigantesca cantidad, la Organización de las Naciones Unidas explica que dos tercios son productos de vida corta.

Esto quiere decir que al poco tiempo se convierten en basura o desechos que terminan en los océanos. De esta manera, sí que hay una gran concienciación con respecto a la importancia de cuidar el medio ambiente.

Sin embargo, esta cifra de basura sigue estando muy lejos de las 708.000 toneladas de envases de plástico que se reciclaron en España en 2022, según los datos de Ecoembes. Esta enorme marea de plástico que nos está inundando a escala mundial no solo ensucia nuestros ecosistemas, sino que también ha conseguido abrirse paso hasta nuestros estómagos.

El ingrediente secreto que cada vez comemos más: plásticos

Un reciente estudio de la Universidad de Newcastle solicitado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wide Fund for Nature o WWF por sus siglas) comenta que las personas comemos alrededor de 2.000 pequeñas piezas de plástico cada semana.

Por poner en contexto, esto supone unos 250 gramos al año de plástico, lo que son unos 21 gramos al mes o 5 gramos a la semana. El ejemplo que mejor retrata estos preocupantes datos es que, a la semana, es como si nos comiéramos una tarjeta de crédito de plástico.

Desde WWF explican que la fuente más grande de plástico para nuestra consumición en todo el mundo es el agua. Aquí se incluye tanto la embotellada como la del grifo. Y, aunque es más preocupante en zonas como Estados Unidos o la India en comparación con Europa o Indonesia, no podemos pasarlo por alto.

¿Es malo reutilizar botellas de plástico?

Aunque la reutilización de envases puede ser una buena práctica para frenar el despilfarro de plástico, hay dos peligros a los que tendríamos que prestar atención a la hora de reutilizar botellas de agua: la presencia de componentes químicos en el plástico y las bacterias que pueden generarse en las botellas.

En cuanto a la primera cuestión, las dudas pasan por la contaminación de microplásticos que podrían invadir el agua a medida que reutilizamos la botella. Esta aumenta con el tiempo, la luz, la temperatura y la fricción que se produce, por ejemplo, abriendo la botella. Por tanto, es mejor conservar las botellas a salvo de temperaturas elevadas, fuera de la luz solar...

Desde la Unión Europea, las autoridades aseguran que no hay peligro real para la salud y, en España, el Bisfenol A, un componente usado durante mucho tiempo en estos envases, ya no se utiliza por seguridad.

Por otra parte, las botellas reutilizadas pueden convertirse en el hábitat ideal para bacterias, que se encuentran con las puertas abiertas gracias a la mezcla de humedad, calor y debilitación del plástico. Si estas bacterias viajan, por ejemplo, de nuestra boca a la botella, hay muchas posibilidades de que se propaguen.

Qué botellas y cuántas veces las puedo reutilizar

En función del tipo de plástico del que esté hecho la botella, para lo que tendremos que prestar atención al número dentro del símbolo del triángulo con unas flechas que aparece en el envase, sabremos si se pueden volver a rellenar o no:

• Si tiene un número 1, se puede reutilizar una o dos veces como máximo. Esto debido a que, a pesar de no desprender microplásticos, se puede arañar o romper con facilidad.
• Si tiene el número 2, 4 o 5, la podemos reutilizar varias veces. Son materiales seguros y con los que no suele haber peligro.
• Si tiene el número 3, 6 o 7, tendremos que prestar atención para no reutilizarla ninguna vez. Esto se debe a que se podrían liberar sustancias perjudiciales.

Una vez que tenemos claro que se puede reutilizar, será importante lavarla bien y tener en cuenta que cuanto más las usemos, más posibilidades hay de que desarrollen bacterias que nos puedan causar problemas.