Así es la entrañable historia de la cruz que llevó San Juan Pablo II en su último Vía Crucis

En aquel momento, el Papa ya estaba muy delicado de salud pero no quiso perderse la especial celebración del Viernes Santo

La historia inédita de la Cruz que portó San Juan Pablo II en su último Vía Crucis

Redacción Religión

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Hace casi 18 años, el Papa San Juan Pablo II partió a la Casa del Padre.

Entre las muchas historias y el legado de sus más de 26 años de pontificado, es muy poco conocida la cruz que sostuvo en sus manos durante su último Vía Crucis en Viernes Santo, el 25 de marzo de 2005.

San Juan Pablo II ya tenía una salud bastante delicada pero no quiso perderse el Vía Crucis del Viernes Santo. No lo pudo presidir, pero lo siguió abrazando una cruz que fue hecha en su país natal, en Polonia, en la localidad de Stefkowa, en las montañas Bieszczady.

La cruz está estrechamente relacionada a la historia de una mujer, Janina Trafalska, que sufrió un grave accidente en 1990 cuando tenía 29 años, lo que dejó gravemente afectada su columna vertebral.

Sobre Trafalska, la televisora polaca emitió un reportaje titulado “¡Cruz santa, por encima de cualquier árbol!”, que relata cómo la mujer cayó de una ventana y debido a las consecuencias debió seguir un tratamiento que duró varios meses.

Stanislaw Trafalski, esposo de Janina, hizo una especial peregrinación en las montañas de Bieszczady para unirse en su dolor a ella. Sin embargo la mujer no se veía alentada y no lograba comprender ni aceptar lo que le sucedió, que finalmente la dejó postrada en una silla de ruedas.

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Todo sucedió así: en 1996, Stanisaw talló dos cruces. La primera se la dio a un sacerdote en Rzeszów y la segunda, a su esposa.

Tiempo después, un alcalde de un pueblo cercano viajaba con una delegación a Roma y le pidió a Stanislaw que hiciera algo para el Papa Juan Pablo II.

Janina Trafalska, en aquel momento, decidió darle su propia Cruz. El 25 de marzo de 2005, cuando el Santo Padre pidió una cruz en Viernes Santo para dirigir la 14° estación del Vía Crucis que se realizaba en el Coliseo Romano, uno de sus secretarios, el sacerdote Mieczyaw Mokrzycki se la dio.

La familia Trafalski reconoció la Cruz. Era la que Janina había entregado. “La señora Trafalska incluso se sintió indigna de ello, recordando su rebelión contra el sufrimiento”.

El sitio web Niedziela relata que en julio de 2007 el P. Mokrzycki fue designado obispo.

El 29 de septiembre de ese mismo año recibió la consagración episcopal como nuevo Arzobispo Coadjutor de Lviv en Ucrania.

El nuevo Prelado se llevó consigo la Cruz que le había dado a San Juan Pablo II en su último Vía Crucis. Se la dio a sus padres que a su vez la entregaron al párroco de Kraczkowa, P. Mieczysaw Bizior, y después la colocó en la iglesia que, ahora, se ha convertido en un lugar de peregrinación.