Un año después no hay un tratamiento claro y eficaz contra el COVID

Hace doce meses, en pleno estallido de la pandemia, algunos fármacos se consideraban idóneos para plantar cara al virus

Lorena Fernández

Publicado el - Actualizado

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Doce meses en medicina es una eternidad y con una pandemia de por medio aún más. La irrupción de un virus nuevo, del que se desconocía su tratamiento, hizo al principio en muchas ocasiones tirar de lo que se sabía hasta el momento. Nos lo ha contado a COPE Francisco López Medrano, doctor de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Servicio de Medicina Interna del Hospital 12 de Octubre de Madrid. 'En los hospitales estábamos hace un año en una situación absolutamente catastrófica, de crisis humanitaria. Se morían muchos pacientes, muchos jóvenes... Esa situación dramática nos llevó a estar atentos a cualquier noticia, a cualquier tratamiento que pudiéramos utilizar, que por otras infecciones tuviéramos la sensación de que nos podrían a ayudar a mejorar el pronóstico de los pacientes de COVID'.

Y en esos primeros pasos se utilizaron mucho tres fármacos. 'Primero la famosa hidroxicloroquina -la que Trump aseguraba tomar-, la azitromicina que se han dejado de utilizar. Y también otro que se usó mucho en Latinoamérica, en España menos, que es la ivermecticina. Luego ya los estudios han demostrado que su utilidad es muy limitada o ninguna. La sensación es que más que añadir cosas lo que hemos ido haciendo a lo largo de los meses es ir quitando. Quitar cosas que se han demostrado que no eran útiles'.

¿En qué punto estamos entonces ahora? El doctor nos cuenta a COPE que 'la cosa se ha simplificado mucho. Una de las cosas que aprendimos que yo creo que diferencia mucho la primera de la segunda y de la tercera ola es la profilaxis para evitar trombos. Vimos mucha trombosis y embolia en la primera ola y vimos que era muy importante el ajuste preciso de la profilaxis antitrombótica. Eso es algo que seguimos haciendo. Luego utilizamos un fármaco antiviral que es el remdesivir que ya está comercializado. Tampoco es la panacea porque no ha disminuido la mortalidad pero sí los días de ingreso. Muchas limitaciones tenemos pero es un fármaco seguro y con pocos efectos secundarios. Y luego ya para esta respuesta inflamatoria excesiva que se produce en el organismo utilizamos dos fármacos. Básicamente los estereoides y la dexametasona -sobre el que hay un estudio comparativo, bien hecho- que nos demuestra que en los pacientes que requieren oxígeno disminuye la mortalidad. También utilizamos un fármaco que intenta evitar la respuesta inflamatoria descontrolada aunque tampoco hay respuestas espectaculares'.

LA EVOLUCIÓN EN LOS TRATAMIENTOS

López Medrano cree, por tanto, que aún queda mucho camino por recorrer. 'Hay avances modestos. Lo que en mi opinión marca la diferencia es la oxigenoterapia y el ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos. Desde el punto de vista terapéutico nos gustaría tener mejores antivirales, fármacos que mataran mejor al virus. Hay algunos que están en desarrollo. Necesitamos antivirales por vía oral en las etapas precoces de la infección porque el remdisivir se debe administrar por vía intravenosa. En cuanto a los antiinflamatorios sí que disminuyen la mortalidad de manera significativa pero solo es una diferencia del 4%. No es una diferencia inmensa'.

Por último pide seguir extremando las precauciones hasta que la vacunación sea masiva. 'Que la Semana Santa no sea como las Navidades pasadas. Desde el punto de vista profesional e intelectual esto ha sido apasionante. No teníamos la idea de que nos íbamos a enfrentar a una pandemia, a un virus nuevo... Pero desde el punto de vista humano ha sido una tragedia. Lo que vivimos en el mes de marzo lo pienso ahora. Cómo pudimos soportar esto en quince días en los hospitales'.