7 de cada 10 españoles conviven sin problemas con sus vecinos

Tener una buena relación mejora nuestra calidad de vida

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

¿Es buena tu relación con tus vecinos? Responder afirmativamente es clave para nuestro bienestar y es, por suerte y con nuestro esfuerzo, más frecuente que lo contrario. De hecho, 7 de cada 10 españoles considera que es fácil o muy fácil obtener ayuda de sus vecinos, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Estar dispuesto a colaborar con ellos y a conocer a quienes viven en nuestra misma casa mejora nuestra calidad de vida, pero no siempre es el caso.

De hecho, 3 de cada 10 personas tienen problemas con sus vecinos que según un estudio del Grupo Mutua de Propietarios no se resuelven nunca en el 12 por ciento de los casos. La falta de trato es la principal causa de insatisfacción en el 58 por ciento de los casos y los principales conflictos surgen por el ruido excesivo que denuncia el 21 por ciento o por el descuido de los elementos comunitarios al que apunta el 15 por ciento.

María Fiz no tiene grandes problemas con su vecindad, lleva años viviendo en la misma finca y todos se conocen. Sí señala que cuando se incorpora algún nuevo vecino se han producido quejas ya sea por molestias en las obras o por no estar de acuerdo con algunas de las normas de la comunidad, pero según señala “con educación todo se acaba solventando y nuestras juntas de vecinos suelen ser como una reunión de amigos. Se alargan tanto que, a veces, nos dan las once de la noche y nos tenemos que dar prisa porque aún no hemos abordado ni siquiera el tercer punto del orden del día, pero lo pasamos bien y hablamos de todo”.

Los niños y los ruidos

Con dos niñas pequeñas y viviendo en el último piso Verónica Prieto considera imposible no molestar al vecino de abajo aunque asegura que nunca se ha quejado del ruido. Elías Ruiz sí que ha tenido que intervenir con su vecino de enfrente al que ha llamado la atención en más de una ocasión: “juega al FIFA, solo pega voces y las paredes son muy finas”, lamenta.

La mayoría de los conflictos se resuelven, en efecto, de forma amistosa pero otros acaban en denuncias en los tribunales, la policía o el ayuntamiento y, según explica a COPE el abogado experto en arrendamientos Alberto Torres, las demandas más frecuentes son por impago de los gastos de comunidad.

“En estos casos, la comunidad de propietarios no tiene más remedio que convocar una junta, liquidar esa deuda y reclamarle judicialmente al vecino moroso que ha impagado. Las cantidades suelen recuperarse sobre todo en impagos de propietarios que tienen como bien su propia vivienda más que en hipotecados que pueden acabar declarándose insolventes, pero a pesar de haber procedimientos especialmente previsto para estos casos más rápidos que los de la justicia ordinaria, las resoluciones se pueden alargar hasta más de un año por ejemplo en Madrid”, señala Torres.

Para este abogado, otra fuente de conflicto en el vecindario son las obras no autorizadas o que invaden espacios comunes que dan lugar a procedimientos aún más complejos y largos. Más fácil es lograr resoluciones favorables en caso de exceso de ruido: “la gente está mucho más sensibilizada en el tema del ruido y lo denuncia en temas de aparatos de aire acondicionado o de bares o discotecas cercanas y también la normativa municipal se ha endurecido en los últimos años”.

Conversar con el vecino

Solo la mitad de las personas conversa con sus vecinos de forma frecuente y únicamente el 42 por ciento conoce los nombres de la mayoría de ellos, según el estudio del Grupo Mutua de Propietarios. María Matute lo tiene fácil porque solo son 6. Reconoce que cuando compró su piso no sabía que las relaciones iban a ser tan buenas. Hoy vive feliz en su comunidad y no tiene reparos en hacer favores a quienes la rodean.

Más que pedirme sal o un huevo lo más común es que me digan si puedo estar pendiente de un paquete que les va a llegar y para el que a veces me dejan el dinero. Y los niños aquí son de todos, hemos llegado incluso a ir a recogerlos algún vecino cuando los padres no pueden” explica a COPE.

Las juntas de vecinos

Capítulo aparte merecen las juntas de vecinos con un ambiente que, a veces, se vuelve irrespirable. Si esto sucede o no podemos asistir, Torres recuerda que si algo de lo pactado nos afecta es posible impugnar lo acordado a posteriori.

Lo ideal es, sin embargo, acudir ya que estas reuniones y otras que se pueden organizar entre vecinos contribuyen a estrechar nuestros lazos con ellos. Y si lo que queremos es llevarnos bien, los expertos recomiendan:

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