8 de cada 10 jóvenes no pueden independizarse en España

Pese al boom de ventas, la vivienda sigue siendo inaccesible para ellos

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

6 min lectura

8 de cada 10 jóvenes de entre 16 y 29 años no pueden independizarse en España debido al elevado precio de la vivienda y a los bajos salarios que perciben. Hablamos de 5 millones y medio de jóvenes con grandes dificultades para vivir por su cuenta en un país en el que solo en 2021 la venta de casas creció un 34 por ciento.

La edad media para empezar a vivir por su cuenta roza aquí los 30 años de media frente a los 26 de media en la Unión Europea. Y es que, según los datos de Eurostat, la Oficina Europea de Estadística, la tasa de emancipación de los jóvenes en España es una de las peores de Europa solo por detrás de Portugal, Italia, Croacia y Montenegro.

Son un millón y medio los jóvenes de entre 16 y 29 años los que sí han logrado esa vida independiente, 2 de cada 10 como Carlos que tiene 28 años y se compró un piso en Madrid justo antes de la pandemia. Lo reformó y justo ahora, casi dos años después ha podido instalarse.

“Estuve tres años con compañeros de piso y luego me cambié de trabajo y decidí dar el paso para vivir solo y también me he cambiado de zona. Y la experiencia está siendo buena porque por un lado me organizo y hago lo que me da la gana, pero por otro lado también echo de menos la compañía y también el compartir los gastos que cuando te independizas pues ya te haces cargo también de pagar la comunidad, la luz y el gas y entre esos gastos y la hipoteca ahora mismo estoy pagando el doble de lo que pagaba antes: 400 euros cuando compartía y ahora 800 euros” explica a COPE.

De vivir con sus padres Carlos pasó a compartir piso hasta lograr una independencia con la que sueña Leonela que tiene su misma edad 28 años y vive con su primo también en Madrid: “cuesta más caro todo en comparación con los sueldos. Yo soy médico, estoy a la espera de la homologación de mi título y estudiando el MIR, y no podría vivir sola con un sueldo de médico”.

Lucía tiene 20 años y aún ve lejos la posibilidad de independizarse. La conocemos de paseo con su padre con el que vive en Sevilla. Y les preguntamos por cómo ven la posibilidad de comprar hoy una casa. Su padre admite que está actualmente bastante cara y por tanto menos accesible. Para ella es algo que sí es preocupante porque incluso los precios del alquiler le parecen inalcanzables.

Precios imposibles para los jóvenes

A más de 2.000 euros el metro cuadrado para una vivienda en zona urbana, donde viven 8 de cada 10 jóvenes y con sueldos medios de 1.500 euros comprar una casa resulta misión casi imposible pero tampoco hay alquileres suficientes: la única alternativa es compartir.

“No hay oferta de vivienda a precio asequible para los jóvenes, eso unido a una precariedad e inestabilidad laboral tremenda y a bajos salarios esto hace que los jóvenes se emancipen más tarde y esto tiene otras graves consecuencias como la baja natalidad que a su vez repercute más adelante en las pensiones y en otros muchos problemas, en primer, lugar el sufrimiento de quienes ven truncadas sus expectativas de iniciar una vida autónoma” explica a COPE la directora ejecutiva del Foro Internacional de Arquitectos Angela Baldellou.

Piden un Pacto de Estado para involucrar a la sociedad, las administraciones, el sector privado, el tercer sector, las administraciones, el sector financiero, los técnicos y la industria para resolver la situación y acercarnos al 15 por ciento del parque público que hay en Europa destinado a vivienda joven.

La oferta está muy por debajo de la demanda

“Necesitaríamos unas 800.000 viviendas en régimen de alquiler asequible en este país para que los jóvenes puedan emanciparse al mismo ritmo y a la misma edad que se emancipan en nuestro entorno hay que promover una alianza porque es urgentísimo y tenemos edificios en situaciones magníficas que están en desuso y que deberían volver al mercado para promover también la integración de estos jóvenes por medio del acceso a una vivienda que de otra forma es imposible”, subraya Baldellou.

Y todo porque, según un reciente informe del Observatorio de la Emancipación, solo el 33,5 por ciento de los menores de 29 años y, en edad de poder trabajar, tienen un empleo. Y de ellos casi la mitad tiene un contrato temporal y el 23 por ciento una jornada parcial.

En paralelo unos precios los de la vivienda que crecen a mayor ritmo que el de los sueldos. El precio de la vivienda nueva y usada sigue al alza y se ha encarecido un 3,8 por ciento anual en el primer trimestre del año, situándose en los 17.43 el metro cuadrado, según el Informe de Tendencias del Sector Inmobiliario elaborado por la Sociedad de Tasación. Los convenios firmados para 2022 acuerdan una subida salarial bastante inferior, del 2,5 por ciento.

Para Carme Trilla al frente de la Fundación Hàbitat3 que gestiona vivienda social “somos el país de Europa que más dinero destina al pago de la vivienda y nuestros jóvenes aún trabajando no pueden hacer frente a los precios actuales. Es necesario reestructurar nuestro parque inmobiliario y adaptarlo a la situación socioeconómica actual”.

Cada vez más tiempo y esfuerzo para pagar una casa

Y es que pagar tanto la entrada de la casa como la hipoteca nos cuesta cada vez más esfuerzo y más tiempo. Según el último estudio de Fotocasa e InfoJobs, una persona tiene que dedicar su sueldo bruto durante 6,2 años para pagar la hipoteca de su vivienda de 80 metros cuadrados en 2021, dos meses más que en 2020. Los pisos más difíciles de pagar los de Baleares, Madrid y País Vasco donde superan los 9 años de salario bruto. Y los más fáciles con menos de 5 años de ingresos brutos los situados en Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia.

Y según un informe de Adecco, con un sueldo medio en España y ahorrando el 20 por ciento se tardan una media de 7 años en conseguir la entrada de la hipoteca. En los lugares con mayor precio por metro cuadrado son más de 9 años y otros 9 lo que puede tardar una persona en adquirir el 20 por ciento de su vivienda de un valor medio de 220.000 euros. Y de media cada hogar dedica el 40 por ciento de la renta al pago de la vivienda o del alquiler, casi la mitad de los ingresos en el caso de la Comunidad de Madrid, Cataluña, País Vasco y Baleares.

Es el primer obstáculo de toda una lista con la que se encuentra quien quiere adquirir una vivienda. Y es que sin esa entrada es difícil obtener la financiación necesaria para poder ser propietario. Un problema con el que se encontró David antes de poder firmar la hipoteca

Y es que como explica este trabajador social: “Para poder comprar la casa nos tuvieron que echar una mano nuestros padres con un préstamo porque si no ese primer pago que hay que hacer antes de firmar nos hubiera sido complicado. De todas formas, sí que nos costó encontrar un banco porque la situación en ese momento no era boyante y tampoco nuestros sueldos. No fue nada fácil que nos dieran la hipoteca y eso que éramos dos salarios”.

David lleva años ya haciendo frente a su hipoteca. Carlos acaba de empezar y, después de lo que se gastó en reformarla, no descarta el alquilar una de las dos habitaciones que tiene su piso y volver, por tanto, a compartir: "me lo estoy planteando como un extra y el pago de la hipoteca como una inversión que es tener un piso en Madrid".