Cantabria responde a la historia: Una muela revela el estilo de vida del hombre prehistórico
El hallazgo se ha producido en la Cueva de El Castillo, en la localidad de Puente Viesgo. El director de la expedición, José Manuel Maíllo, nos cuenta las claves del descubrimiento
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La época prehistórica esconde una variedad de misterios y secretos que todavía a día de hoy somos incapaces de imaginar. La realidad es que decenas de miles de años después siguen faltando respuestas a las múltiples dudas y preguntas que asaltan nuestras cabezas. De hecho, cada vez que logramos avanzar un mínimo ápice nuestro conocimiento, es motivo de alegría y de júbilo. Por ello, los espeleólogos de nuestro país trabajan a destajo para descubrirnos este mundo tan místico que nos genera tanta incertidumbre
La cornisa cantábrica es de sobra conocida por la enorme riqueza cultural de este tipo que atesora. La Cueva de Altamira es un ejemplo esclarecedor de este hecho. Dicen de ella que es la Capilla Sixtina del arte rupestre, que no hay nada similar en la faz de la tierra al menos, que se haya descubierto a día de hoy.
Altamira es auténticamente un ejemplo reseñable, pero hay gran cantidad de ejemplos, concretamente en la comunidad de Cantabria, que esconden variedad de misterios aún por resolver. La cueva de El Castillo es una de ellas. Situada en Puente Viesgo, acoge el nombre del monte en el que se ubica, y es conocida por la cantidad desmesurada de pinturas de manos en sus galerías, un espectáculo digno de ser visto.
La cueva está reconocida por la UNESCO, y al mismo tiempo que se producen visitas a su interior, los espeleólogos trabajan a destajo para descubrir todo lo que puede ofrecer esta bella cavidad. La persona que dirige esta expedición es José Manuel Maillo, profesor de prehistoria de la UNED.
En COPE hemos hablado con él para que nos hable de un hallazgo magnífico que se ha llevado a cabo en la cavidad: un diente que tiene "cerca de 60.000 años de antigüedad", tal y como nos indica el espeleólogo. Lo cierto es que los dientes son una de las partes del cuerpo más reveladora, hasta el punto de que se puede saber muchas de las claves del estilo de vida que llevaban nuestros antepasados por aquel entonces.
"El hallazgo fue por sorpresa como suele ocurrir siempre", contaba José Manuel, "limpiando uno de los perfiles de la cavidad apareció la muela". Dice el experto que no se sabe aún si pertenecía a un hombre o una mujer, pero sí que se trata de un molar de un ser humano adulto.
Entre los aspectos destacados que permite conocer esta muela, de la que ya se están haciendo diferentes análisis, está el tipo de alimentos que comían. "Se puede descubrir como vivían, de qué vivían", apuntaba el espeleólogo. "Los ciervos, los caballos o los bisontes entre otras especies, eran los animales más repetidos en sus dietas". También comían vegetales, aunque para llegar a esas conclusiones se necesita más tiempo, ya que su estudio es "bastante complejo".
El objeto de estudio principal por parte de los científicos está en los restos de sarro que aún conservan las piezas dentales después de tanto tiempo: "es ahí donde se esconde la información para conocer qué comían". Es ahí donde se encuentran rastros de algunos peces e incluso de aves, aspectos que darían explicación a que se localicen en las galerías internas algunos restos de espinas e incluso restos de aves.
La expedición no ha hecho más que empezar
A pesar de que en Cantabria es frecuente encontrarse con constantes investigaciones en las múltiples cuevas de la región, en El Castillo han regresado recientemente las labores de búsqueda: "llevamos tres metros de sedimentos y aún nos queda más, la zona está siendo muy satisfactoria".
Durante estos momentos continúan las investigaciones en varias de las cavidades que se conocen en el norte peninsular. Cantabria lidera los lugares donde más insistente está siendo la investigación. Las cuevas de La Garma en la localidad de Omoño, y El Pendo en Camargo, son junto a las de El Castillo las cavidades donde más objetos se están descubriendo.