El colapso de la Atención Primaria desborda las urgencias
El colapso de la Atención Primaria y las crecientes listas de espera para ver al médico, al especialista o someterse a una operación quirúrgica están pasando factura
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El colapso de la Atención Primaria y las crecientes listas de espera para ver al médico, al especialista o someterse a una operación quirúrgica están pasando factura en los servicios de urgencias de los hospitales españoles. En la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) https://www.semes.org/ cifran entre el 18 y el 25 por ciento el incremento de la afluencia en las últimas semanas. Influye según explican a COPE el aumento de infecciones víricas impropias de esta época del año como la gripe, pero sobre todo subrayan la saturación del sistema.
En España se atienden más de 30 millones de urgencias y emergencias cada año. Quienes trabajan en estas unidades aseguran que la afluencia en las últimas semanas es inusualmente alta, superior incluso a la registrada por ejemplo en enero en pleno fragor de la variante Ómicron y en plena época de gripe.
“A partir de mediados de abril y hasta ahora es exagerado la gente que viene, de hecho, tenemos a la gente tirada en los pasillos porque no tenemos donde ponerlos, donde ubicarlos. Y está habiendo además una demora de atención de entre 4 y 5 horas porque no damos abasto. Estamos desbordados, saturados, cansados física y mentalmente y lo que vemos es que vamos a peor” explica a COPE Elena Álvarez, enfermera de Urgencias del Hospital madrileño Severo Ochoa en el que lleva trabajando 7 años y 2 meses.
Un sistema en dominó
El deterioro de la situación es algo que constata muy claramente también Pascual Piñera, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES): “esto es un dominó, ha caído primaria y tengo muy claro que después vamos nosotros”.
No es el único factor que está influyendo en ese fuerte incremento del número de pacientes, también apunta a las listas de espera. Y es que a 31 de diciembre eran más de 700.000 los pacientes que esperaban para someterse a una operación quirúrgica.
“A esto hay que añadirle la sociedad de la inmediatez en la que vivimos y ese deseo de resolver todo lo más rápidamente posible y de la forma más eficaz; la alta calidad de la atención en urgencias y también la accesibilidad al estar disponibles las 24 horas los 365 días del año” resume Piñera.
En el servicio de Álvarez atienden entre 200 y 250 urgencias diarias, más del doble de la capacidad que tienen el departamento de este hospital ubicado en la localidad madrileña de Getafe que es para entre 90 o 100 pacientes: “algunas personas están haciendo un mal uso del sistema al acudir con problemas que en realidad no son urgentes porque Atención Primaria no funciona y también estamos viendo crecer los casos de COVID a pasos agigantados”.
En el caso de Piñera él es jefe del servicio de urgencias en un hospital de Murcia en el que trabajan 40 médicos y lo que están viendo desde mayo es que: “estamos viendo cuadros atípicos para la época bastantes casos de gripe que es algo que llama la atención porque hay más que en enero ahora mismo con 30 grados en la calle. En febrero de 12.000 pruebas nos salieron 30 casos positivos de gripe y ahora esos 30 casos los tenemos con facilidad en una semana. Pero esto es algo puntual lo que siempre está ahí es la calidad y la accesibilidad y la gente hoy busca que le resuelvan el problema de la forma más eficiente posible”.
Es exactamente lo que hico hace unos días Cristina de 45 años tras sufrir un fuerte dolor de garganta. Explica a COPE que: “estuve hace poco por unas anginas porque en el médico de cabecera me daban cita para dentro de 15 días y me fui a urgencias y me atendieron pronto. Se quejan de que se viene la gente a urgencias, pero qué haces no vas a esperar dos semanas para que te atiendan unas anginas y es que el antibiótico no lo puedes comprar tú por tú cuenta con lo cual no te queda más remedio”.
La experiencia de Alicia de 29 años fue menos gratificante “fui pensando que tenía apendicitis y tuve que esperar 3 horas, aunque me moría del dolor, pero es lo que había porque todo estaba colapsado. La verdad es que al final no era apendicitis”, reconoce que al final no era apendicitis ni mucho menos peritonitis que es en lo que temía que derivara ese dolor.
“Hay mucha gente esperando y poca gente atendiendo, siempre es más de una hora hasta que te llaman salvo que estés muy grave que entonces te meten para dentro”, constata por su parte Cesar de 43 años.
En su larga experiencia y con el paréntesis del COVID, Elena no ha visto una situación peor que la de ahora. Lamenta también que ellos sean los que, en cierta medida, paguen el pato de la saturación del sistema sanitario: “la gente protesta y algunos llegan hasta el insulto. Es algo que no merecemos porque a pesar del cansancio estamos dando el 200x100 como en la pandemia”.