Covid-19: ¿Por qué hay países en África con menos del 1 por ciento de su población vacunada?

Los problemas en la distribución y conservación, junto a la acaparación de dosis por países ricos, frenan allí la vacunación

Manuel Ángel Gómez

Publicado el - Actualizado

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Mientras en España y otros países europeos tienen a más de 70 por ciento de la población completamente vacunada de covid-19 y las autoridades sanitarias estudian si deben administrar una tercera dosis a sus ciudadanos, en África cerca de una veintena de naciones tiene a menos del 1 por ciento de sus habitantes con la pauta de inmunización completa. Entre ellas están Tanzania, Nigeria, Burkina Faso, República Democrática del Congo, Camerún, Mali, Chad… Solo el 3 por ciento de la población africana está totalmente vacunada. “Lo que ha ocurrido es que los países con más ingresos o más capacidad económica han hecho un acopio de las vacunas, por lo que queda poco disponible para los países que no pueden acceder al mercado internacional en igualdad de condiciones”, asegura a COPE Neus Peracaula, coordinadora de Médicos del Mundo en Mozambique. Explica que otro problema añadido es que “la vacuna requiere una serie de condiciones logísticas para su conservación y su distribución; hace falta combustible, cadena de frío, y una serie de condiciones que el país no puede garantizar en todas sus zonas, y esto lleva también a problemas con la planificación”.

En Mozambique ya ha sido vacunada “el 10 por ciento de la población mayor de 18 años”. Cuenta Neus Peracaula que en una primera fase “se priorizó a personas de riesgo, sobre todo trabajadores sanitarios, agentes comunitarios de salud, personas que vivían en residencias de la tercera edad -y sus trabajadores-, diabéticos y las fuerzas de seguridad del Estado”. Ahora se encuentran en la segunda fase en la que “se han priorizado funcionarios de prisiones, personas inmunodeprimidas, con insuficiencia cardíaca y mayores de 50 años en zonas urbanas”. Asegura que “la vacunación todavía no ha llegado a las zonas rurales, y estamos hablando de un país donde el 60 por ciento de la población vive en zonas rurales. Y ya no te digo las dificultades que entraña hacer accesible la vacunación en el norte de Mozambique, que está en una situación de conflicto armado desde hace tres años, y con 700.000 desplazados”.

En Burkina Faso, donde únicamente el 0,5 por ciento de la población ha recibido la pauta completa de la vacuna, sufren un problema añadido. “La gente no se vacuna porque dice que es una enfermedad de la que hay sólo algunos casos y la gente no ve la necesidad”, nos dice Manuel Gallego, misionero de los Padres Blancos. “Dicen que esa enfermedad aquí no existe; hay otras enfermedades que les preocupan más como la tuberculosis, el SIDA, pero esto del covid ellos no lo ven claro, creen que es en Europa o en América, o en Asia, pero que aquí no hay covid”, añade el religioso. Afirma que en este país de África Occidental “se han vacunado los que viajan, porque es obligatorio si quieres ir al extranjero, para estudiar o para asuntos económicos, pero si te quedas en el país la gente no se vacuna. Hay desconfianza por la manera en la que se ha gestionado la vacunación -se ha hecho muy deprisa- y por el hecho de querer imponerlo, la gente no tiene confianza”.

Manuel Gallego -de la localidad de Puerta Segura, en Jaén- se vacunó en España, durante las vacaciones de verano. Es párroco en Bobo-Dioulasso, la segunda ciudad burkinesa con más residentes. Relata que se dedica a la “primera evangelización” en una zona de unos 300.000 habitantes en la que “la mayoría son creyentes de religión tradicional o musulmanes”. En la parroquia de San Juan Bautista son unos 15.000 católicos.

Neus Peracaula indica que Médicos del Mundo trabaja en Mozambique “apoyando en proyectos de fortalecimiento de la atención primaria de salud en Maputo, en Matola y en la provincia de Cabo Delgado”, y que desde el inicio de la pandemia se han ido adaptando “a las demandas que han ido surgiendo en el Ministerio de Salud”. También han echado una mano en “la realización de brigadas móviles, la formación de profesionales sanitarios en materia de covid-19, y todo el sistema de vigilancia epidemiológica en la comunidad”.