¿Cuáles son las claves para proteger la piel del sol en verano?
El fotoenvejecimiento, las manchas y el cáncer de piel son las consecuencias de las quemaduras solares
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Verano y vacaciones son sinónimos de vida al aire libre y poca ropa. Es indispensable que protejamos nuestra piel de los efectos negativos que las radiaciones solares pueden provocar: desde envejecimiento precoz a manchas en la piel. Lo más grave: cáncer de piel, una enfermedad que ha crecido un 40% en los últimos 4 años. Nuestro único aliado es el fotoprotector, pero debemos usar el adecuado para nuestro tipo de piel.
Hay que protegerse todos los días, porque estamos en un país donde hay mucha radiación solar, pero la incidencia es mucho más alta en primavera y sobre todo en verano. Por tanto, tenemos que ir con mucho más cuidado. En verano además nos exponemos más, vamos a la piscina, a la playa, al campo, hacemos deporte al aire libre ... y como hace más calor llevamos menos ropa. Debemos, pues, protegernos más la hora de exponernos al sol.
Tomás Muret, vocal de Demofarmacia del Consejo General de Farmacéuticos nos da las claves, y nos descubre algunos secretos, para hacerlo correctamente y con seguridad.
¿Qué zonas del cuerpo debemos proteger?
La cara, sin lugar a duda, es donde se ven los efectos negativos al sol, el fotoenvejecimiento que “lo vemos mucho en la gente que trabaja al aire libre que vemos que con los años tiene la piel más curtida”, pero ahora, en estas épocas estivales tenemos que tener cuidado de protegernos toda la piel que dejamos descubierta. Vamos con pantalones, cortos, con faldas, con camisetas sin mangas... “y una cosa que nunca nos protegemos-señala el dermofarmacéutico-que son las manos... normalmente cuando nos ponemos la crema o la loción o el protector que queramos nos solemos lavar después las manos, y si nos fijamos, la parte superior de las manos en un sitio donde siempre suele haber fotoenvejecimiento.
La gente mayor suele tener manchitas marrones o incluso blancas porque ha perdido la pigmentación de la piel debido a ese exceso de radiación solar en las manos”.
¿Qué fotoprotector debo utilizar?
Depende de dos factores. El primero relacionado con el fototipo de piel que tengamos. Hay seis tipos relacionados en cuánto tiempo tardas en quemarte: la gente que tiene una piel más clara, el fototipo 1 y 2 ; y la que tiene la piel más oscura, incluso más negra, son fototipos 5 y 6. “El caucásico, el europeo del sur clásico-explica Muret-suele ser un fototipo 3-4, para que nos hagamos una idea. “¿Qué ocurre? La piel de la gente que tiene un fototipo 4, con una piel más oscura, ya tiene una protección natural contra el sol, con lo que necesitará un factor de protección más bajo, a lo mejor un 30, pero de ahí para abajo necesitará un fotoprotector 50”.
El segundo factor es que ese fotoprotector sea agradable a nivel cosmético porque “los adolescentes o incluso los hombres buscan texturas muy ligeras, en cambio, las mujeres, sobre todo las más mayores al tener la piel más seca, buscan una textura más grasa, más crema. Con lo cual, el utilizar un fotoprotector de otra persona, o incluso el que nos han comprado en el supermercado termina no gustándonos, y un fotoprotector que no nos gusta lo dejamos de utilizar, y como es un producto que hay que usar en el verano es tan importante tener un factor de protección alto, adecuado, como una textura agradable, porque el peor fotoprotector es el que no nos ponemos”.
¿Puedo fiarme de todos los que están en el mercado?
Si se vende en Europa, sí, porque la legislación sobre productos cosméticos es la más estricta del mundo. Puede haber algún lote, alguno muy puntual, pero podemos estar tranquilos “y seguros de que el factor de protección que indica el producto es el adecuado. Y le hablo de cualquiera porque en Europa todos los cosméticos son seguros, ya sea los que compramos en un supermercado, en una farmacia o en una tienda de lujo. Unos serán más sostenibles, otros llevarán más ingredientes que los complemente, pero en seguridad, todos son seguros”.
Los niños
La recomendación es fotoprotectores muy altos, da igual el fototipo de piel que tengan, “porque hasta que no llegan a la edad adulta-aclara el especialista- la piel todavía se va desarrollando, y esto son los años más importantes para evitar a largo plazo enfermedades como un cáncer de piel. Hay estudios que nos demuestran que si una persona no se ha quemado antes de los 18 años tiene un 95% de posibilidades de no tener un cáncer de piel. Estos 18 o 20 años son cruciales para evitar un cáncer de piel a largo plazo”.
Tomás Muret recomienda ponerles fotoprotectores infantiles que son más grasos porque juegan, sudan, se bañan... su actividad suele ser muy alta.
¿Cuántas veces debo ponérmelo?
Debemos ponerlo antes de salir de casa y si vamos a estar fuera rato, a las dos horas hay que reponerlo. Pero si vamos a hacer deporte, si nos bañamos, si jugamos con nuestros hijos en la arena... cada hora o incluso cuando terminemos cada actividad. Y no te preocupes, el fotoprotector está preparado para resistir altas temperaturas. Ponlo a la sombra o déjalo en la bolsa o bajo la toalla y así no perderá propiedades.
Antes de usar el del año pasado, fíjate en un icono que aparece en el bote, un bote con la tapa abierta. Ahí te indica los meses que tiene de eficacia una vez abierto y calcula el momento en que lo estrenaste. Si está cerrado, la duración puede ser de hasta 5 años.
Qué debo evitar a toda costa
Los aceites que prometen acelerar el bronceado, porque “el bronceado natural es una respuesta a una agresión: la radiación ataca a nuestro cuerpo que se defiende-advierte Muret- No existe bronceado saludable, es una defensa. Intentar broncearnos con aceites es contraproducente, lo único que va a hacer es que nos podamos quemar antes o aquellas pieles que no se queman, absorban más radiación solar y que tenga un envejecimiento e incluso más probabilidades de que tenga un cáncer de piel. Hay que evitarlo. Podemos utilizar autobronceadores que lo que van a hacer es teñirnos la piel y cogeremos ese color bonito, moreno, sin necesidad de exponernos a la radiación solar”.
La fotoprotección a los ultravioletas UVA y UVB la van a tener todos, pero si “queremos buscar un fotoprotector que también nos proteja frente a la luz visible, frente al infrarrojo, que lleve antioxidantes que ayudan a proteger la piel de la oxidación y también protegen el ADN, esto va a aumentar el precio del fotoprotector. Y si nos metemos en texturas, hay auténticas fantasías carísimas.