Cuando la violencia acarrea una discapacidad
Según la última macroencuesta de Violencia contra la Mujer, el 17,5% de las mujeres con discapacidad han sufrido algún tipo de violencia por parte de sus parejas
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María y Elsa sufren una discapacidad del 52 y 40% respectivamente. A ambas se la generó las convivencias durante años de sus respectivos maltratadores psicológicos. Y es que según la última macroencuesta de Violencia contra la Mujer el 17,5% de las mujeres con discapacidad que han sufrido algún tipo de violencia por parte de sus parejas asegura que ésta se debe a agresiones físicas o psíquicas.
Elsa es peruana. Tiene 55 años. Lleva casi 20 años viviendo en España donde ha trabajado casi de todo. Empleada del hogar, cuidado ancianos, camarera de pisos... Aquí ha encontrado la libertad que en su país no tenía. Hoy tiene reconocida una minusvalía del 40% por depresión y fibromialgia a consecuencia de los malos tratos que sufrió por parte de su marido en Perú.
Allí Elsa era directora de un colegio. En COPE nos cuenta que lo peor era aguntar la presión 'emocional. Me fui muy mal. Por eso me vine a España. No fueron tanto los malos tratos físicos sino psíquicos. Lo que yo hacía le parecía mal. Se sentía superior a mi. A mi me decía que pese a ser directora de un colegio no le mandara. Que mandara a los profesores del centro'. Dos años después logró traerse a España a sus cuatro hijos y hoy 'no sabe ni quiere saber nada de él'.
Caso similar es el que nos cuenta María. Ella es española. Tiene 58 años, dos hijas ya independizadas y está buscando trabajo. Su discapacidad es del 52% a consecuencia de malos tratos psicológicos. 'Me casé joven, con 16 años y estuve con él 25 años pero mi relación no iba bien. Lo peor es que yo no pensaba que era una persona maltratada. Estando embarazada de mi segunda hija un día llegó a casa, se enfadó, tiró la comida, me resbalé y a raíz de eso tuve que operarme de la cadera. Cuando me di cuenta me costó mucho asumirlo. Mi asistenta social me dijo que era una mujer maltratada psicológicamente. No me pegaba pero no me dejaba salir. Tenía que traerle los recibos de todo lo que compraba, siempre estaba mal todo lo que hacía. Me impedía trabajar. Trabajé en varias cosas pero él no quería que yo trabajase. Quería que estuviese en casa'.
De esa situación han transcurrido ya 15 años. El detonante de su marcha es que estaba repitiendo el mismo patrón con sus hijas. 'Veía que no ayudaba a sus hijas como padre que tenía que ser. Ahora vivimos en la misma ciudad y sé que él se las arregla para saber de mi vida'.
LOS DATOS
Las mujeres discapacitadas tienen un 8% más de posibilidades de sufrir violencia machista. Según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2019 el 40,4% de las mujeres con discapacidad acreditada ha sufrido algún tipo de violencia en la pareja frente al 31,9% de las mujeres sin discapacidad. Además, el 17,5% de las mujeres con discapacidad que han sufrido violencia física, sexual o emocional de alguna pareja dicen que su discapacidad es consecuencia de la misma.
Hay un dato llamativo: las mujeres con discapacidad acreditada denuncian en mayor medida (30,8%) que las mujeres sin discapacidad (20,9%). Es decir: aunque en general las mujeres con discapacidad acreditada tienen mayores prevalencias de violencia en la pareja que las mujeres sin discapacidad también denuncian en mayor medida esta violencia. Lo mismo ocurre con la búsqueda de ayuda formal: el 50,5% de las mujeres con discapacidad han buscado ayuda formal (médica, psicológica, servicios sociales...) como consecuencia de esta violencia frente al 31,1% de las mujeres sin discapacidad acreditada que la han sufrido.