¿Deben vacunarse los políticos?
Esta cuestión no está exenta de polémica ya que el Ministerio de Sanidad estableció el orden a seguir para vacunar a la sociedad española. Muchos han querido anticiparse
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En las últimas semanas, encontramos entre las noticias más destacadas una que invita a la reflexión. Sobre todo, teniendo en cuenta las circunstancias en las que nos encontramos. He aquí un ejemplo. El consejero de Salud de Murcia, Manuel Villegas (PP), se sumaba hace unos días a la lista de cargos públicos que se han administrado la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus a pesar de no pertenecer al primer grupo de vacunación.
En total, son al menos ocho alcaldes --cinco del PSOE, uno del PP, otro de JxCat y otro de CDEI-- y cuatro concejales --dos del PP, uno del PSOE y otro de JxCat-- los que ya se han vacunado aunque no sean grupos de riesgo. Algo que no ha quedado exento de polémica para la opinión pública, ya que el Ministerio de Sanidad estableció que los primeros que recibirían las vacunas contra el Covid-19 serían los residentes de los centros de mayores y personal sanitario y sociosanitario. Pero, ¿es esta actitud cuestionable? ¿están dando un buen ejemplo o por el contrario, es denunciable?
Muchos de ellos se escudaban en que pertenecen al grupo de vacunación adecuado y que había llegado 'su turno'. Sin embargo, en algunos de esos casos se ha demostrado lo contrario, propiciando dimisiones precipitadas.
Fuera de nuestras fronteras también se está señalando a los políticos por administrarse la vacuna antes de los tiempos establecidos. A finales de año, el presidente de la región de Campania, cuya capital es Nápoles, Vincenzo de Luca, se convertía en el único político italiano que ha recibido la vacuna contra la Covid-19 recibiendo críticas por ello.
De Luca, de 71 años, siguió el inicio de las primeras vacunas en la carpa instalada fuera del hospital Cotugno en Nápoles y luego se reunió con el director general del centro, Maurizio Di Mauro. La vacuna a De Luca provocó la ira del alcalde de Nápoles, Luigi di Magistris, quien calificó de "abuso de poder indigno" que el presidente regional "haya aprovechado su rol institucional para vacunarse cuando la vacuna".
En Portugal también se abrió el debate. Allí, y hace escasos días, propusieron un plan que incluía a los politicos entre los grupos prioritarios para la población lo que generaba controversia entre la sociedad lusa. "Es esencial proteger a los titulares de altos cargos", manifestó el coordinador del grupo de trabajo responsable del plan de vacunación en Portugal, Francisco Ramos.
La propuesta, explicó Ramos a un medio portugués, procede de la Dirección General de Salud y se estudia para "llegar a una definición final", aunque "obviamente es esencial que estén protegidos". Algunos medios calificaban esta iniciativa de oportunista.
Biden: un político que se vacuna y que es 'ejemplar' ante la sociedad estadounidense
Si cruzamos el charco y miramos hacia EEUU, la opinión es bien distinta. Joe Biden, el presidente de EEUU, ya ha recibido la segunda dosis entre la aceptación de la población. Una forma de trasmitir a la sociedad la seguridad que proporciona esta vacuna que daría la ansiada inmunidad: "Mi prioridad número uno es que la vacuna llegue a los brazos de la gente, como acabo de hacer yo hoy, lo más rápido que podamos", declaraba.
Las opiniones dispares sobre esta cuestiónb, sea como fuere, permanece. Todo depende de la óptica en la que se observe. En este caso, vemos cómo en Estados Unidos la sociedad ha tolerado la vacunación de su presidente mientras en otras naciones se denuncia que esto se realice. Lo fundamental es que, normalmente, se critica que lo realicen adelantándose a los plazos establecidos y a aquellas personas que están luchando en primera línea contra el virus.