¿Dónde está fallando el pacto de Estado contra la violencia machista?
De las 27 mujeres asesinadas, casi la mitad en lo que va de verano, 5 habían presentado denuncia contra su agresor. El foco está puesto ahora en los puntos negros de VioGén
Publicado el - Actualizado
6 min lectura
Tras dos fines de semana especialmente trágicos en cuanto a asesinatos machistas, el foco político se posa sobre Viogén, el Sistema de Seguimiento Integral en Casos de Violencia de Género. Se activa cuando hay una denuncia y determina el nivel de riesgo que corre la víctima. Corregir las lagunas del algoritmo es ahora una prioridad, pero no es el único agujero de un sistema en el que la mayor financiación no se está traduciendo en una mayor eficacia.
Pocas ideas nuevas se pueden aportar para explicar la violencia machista. Las instituciones y la sociedad civil se machaca intentando buscar los agujeros por los que se cuela ese cuchillo, el veneno, el arma de fuego, y sobre todo la ira de esos hombres que asesinan a sus compañeras o ex compañeras de vida, llevándose por delante en más ocasiones de las que podemos soportar a sus propios hijos también. Educación, miedo, dependencia económica, dependencia emocional, silencio, soledad, indiferencia social, la negación sobre la existencia de esta lacra… lo has escuchado y lo has discutido muchas veces. Se multiplican las reuniones para buscar una solución pero a día de hoy hay 21 niños huérfanos más, 27 mujeres han sido asesinadas en lo que va de año y casi la mitad desde que comenzó el verano. En este periodo la violencia machista se llevó la vida de la madres de una de ellas y de dos niños por violencia vicaria.
VioGén en el punto de mira
El Sistema de Seguimiento Integral en Casos de Violencia de Género es la herramienta troncal de la lucha para salvar la vida de las mujeres maltratadas. Una vez que llega la denuncia por maltrato, se pone en marcha la maquinaria. Se estudia el caso, se investiga en el entorno de la víctima, al presunto agresor, se da asistencia legal y psicológica a la denunciante y se le plantea un cuestionario con preguntas cerradas para evaluar el nivel de riesgo que corren. Esas respuestas se vuelcan en un programa informático y es un algoritmo el que determina el riesgo: no apreciado, bajo, medio, alto y extremo. En función del riesgo determinado por el algoritmo, se les asigna un nivel de protección.
La fundación Éticas y la Fundación Ana Bella realizaron un estudio en el año 2.022 en el que advertían de fallos en el sistema. Les llamó especialmente la atención que la situación del 45% de las mujeres que habían denunciado fuese considerada como “riesgo no apreciado”
Desde entonces, se han ido introduciendo modificaciones “y la tendencia es ir dándole más peso a ciertos valores de riesgo con los que trabaja esta aplicación-nos cuenta Nadia Pajarón, del Sindicato Unificado de Policía-, se está pensando incluso añadir nuevos factores de riesgo y darle más peso a algunos que actualmente no se les da tanto, porque muchas víctimas que tienen su caso activo en VioGén, o que tienen un riesgo medio o alto, al final terminan de la peor forma, asesinadas por su pareja o expareja”. Según los últimos datos oficiales cerca de 90.000 mujeres están en el sistema VioGén. De ellas, casi 35.000, calificadas con “riesgo no apreciado”, 39.700 de riesgo bajo, 13.500 de riesgo medio, unas 1.500 con riesgo alto, y solo 19 con riesgo extremo.
Este año, de las 27 mujeres asesinadas, solo 5 habían denunciado a su agresor, al menos dos tenían medidas de protección, en un caso con oposición de la víctima...
La retirada de denuncias
El gobierno ha reconocido fallos en el sistema. El acento político vuelve a estar sobre el sistema de vigilancia. Sin embargo Nadia Pajarón señala un problema con el que se encuentran con demasiada frecuencia. “A veces hay casos activos en Viogén incluso con riesgo extremo y luego la víctima en el juicio decide no denunciar y siempre que no haya parte de lesiones o testigos el juez puede archivar el caso-explica Nadia Pajarón-Si es así el juez no pone medidas judiciales, ni orden de protección ni de alejamiento, sin embargo, no habiendo medidas judiciales sí hay medidas policiales. Incluso un número muy alto de víctimas de violencia de género manifiesta que se siente acosada por la policía, y no entiende como sin medidas judiciales los policías siguen haciéndole el seguimiento, porque ese caso sigue activo en viogén, y eso dificulta muchísimo la labor de la policía. Y la protección de las víctimas mengua considerablemente porque ellas mismas en muchas ocasiones están en contra de esa protección que se les realiza. Atacamos el sistema VioGén pero en muchas ocasiones no falla el sistema, es esto lo que ocurre. Entonces por mucho que se modifique el sistema, si luego a nivel judicial no imponen medidas, no serviría para nada, incluso que un policía esté 24 horas vigilando, es más, podría ser contraproducente en muchos caso”. La portavoz del SUP explicó a Cope que hay un policía para cada 100 víctimas, con lo que los seguimientos son muy complejos.
¿Por qué repuntan los asesinatos en verano y Navidad?
Reforzar el sistema en verano y en Navidad no sería una mala medida, según entiende Rosa Mérida, profesora de Derecho de la Universidad Europea de
Canarias. Son las épocas del año donde la violencia contra la mujer se dispara exponencialmente. Esto responde a múltiples factores pero los más habituales son “que se pasa más tiempo en casa, son periodos de vacaciones y las personas pasan más tiempo juntas y eso hace que puedan aumentar las tensiones familiares. Otra circunstancia es que se produce un aislamiento social. Las mujeres están más alejadas de lo que son sus núcleos de apoyo diario, como la familia, los amigos, los centros donde se les da información…por otro lado suele coincidir también con un aumento del consumo de alcohol y drogas y, por otro lado, están las presiones económicas a las que se enfrentan las familias con todos los gastos que conllevan las festividades”.
La complejidad de la violencia contra las mujeres
VioGén protege solo a las víctimas oficiales, aquellas mujeres que han presentado una denuncia. Aunque las denuncias han aumentado notablemente, el año pasado se pusieron más de 500 denuncias al día, dar ese paso es muy complicado para ellas, tanto, que si miramos los datos de víctimas del año 2023, el 80% de las mujeres asesinadas no habían denunciado a su agresor. Y si ampliamos el foco y vamos a la última encuesta europea de violencia de género, publicada a finales del año pasado, más del 28% de las españolas de entre 16 y 74 años han padecido violencia psicológica por parte de su pareja, y cerca del 13%, violencia física: casi tres millones de españolas.
Se denuncia poco y el entorno tampoco lo hace. La dependencia económica y emocional unido a factores “como una deficiente educación en igualdad-apunta la experta en derecho-los retrasos en la justicia, el miedo a no ser creídas, la cultura del silencio…si a esto unimos que hay muchísima parte de la sociedad que sigue negando que la violencia de género exista, se minimiza el impacto de la violencia en la sociedad, no se reconoce que existe” son factores que reducen ese número de denuncias que salvarían vidas. Y el seguimiento antes, durante y después, porque dar el paso e ir a una comisaría es un esfuerzo soberano para estas mujeres, pero luego, muchas de ellas retiran esa denuncia o se niegan a declarar contra su agresor. Faltan medios, falta formación, falta seguimiento, asegura Rosa Mérida. Hay que darle una vuelta al Pacto de Estado para poner el acento donde realmente se necesita.