Dos personas fallecen cada día en accidente laboral en España

Los expertos consultados por COPE piden considerar la prevención una inversión y no un gasto

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Dos personas fallecen cada día en España en un accidente laboral. En 2022 se registraron 826 muertes en el trabajo y más de 600.000 accidentes en el trabajo. Los expertos consultados por COPE consideran insuficiente y en algunos casos anticuada la prevención y piden que se considere una inversión en lugar de un gasto.

Los siniestros más graves en el trabajo son los infartos y los ictus, también las caídas o los accidentes con maquinaria que se dan sobre todo en la construcción o la industria. Los hombres sufren 7 de cada 10 accidentes y copan el el 95 por ciento de los a mortales. Las mujeres sufren, en cambio, más accidentes in itinere, los que ocurren cuando se desplazan desde su domicilio al lugar de trabajo o al revés. Pero de nuevo en 8 de cada 10 casos mortales los sufren los hombres.

En 2021 se registraron 601.123 accidentes de trabajo con baja. En 9 de cada 10 casos se produjeron durante la jornada laboral, en concreto, 523.800 siniestros. Los problemas músculo-esqueléticos relacionados con posturas forzadas o movimientos repetitivos copan 8 de cada 10 partes de enfermedad profesional, según el último “Análisis de las estadísticas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales en España” de CCOO.

Según este informe, 2021 fue el segundo año con menor incidencia en accidentes profesionales después de 2020, el año con menos accidentes mortales en la construcción y el sector agrario y el tercero en la construcción y los servicios, pero con niveles de mortalidad similar a la registrada 10 años antes.

Extremadura, Asturias y Galicia son las comunidades autónomas con mayor número de accidentes mortales durante la jornada laboral.

Además, a menor nivel de ingresos, mayor siniestralidad: los accidentes muy graves en peones de las industrias manufactureras multiplican por 235 la incidencia de los profesionales más cualificados.

También afecta la situación profesional, de forma que los accidentes que implican una baja en asalariados triplican los que se registran en autónomos. Y la incidencia en trabajadores temporales es un 75 por ciento superior a la que registran quienes tienen un contrato indefinido.

Muchos de estos accidentes serían evitables y también sus nefastas consecuencias: fallecimientos y discapacidad.

“Faltan recursos y personal en los servicios de prevención, muchas estrategias son poco ágiles y no se han modernizado. Muchos accidentes se pueden evitar con la tecnología que tenemos hoy en día, pero falta voluntad para aplicarla e invertir lo necesario. Demasiadas veces cuando se planifica la prevención se ve como un gasto en lugar de como una inversión. Y eso que una persona que esté de baja tres meses con un sueldo medio ya asciende a 6.000 o 7.000 euros, ¿no será mejor darle los apoyos que necesita (tanto de equipamiento como de formación) y evitar esa lesión y esa baja?” explica a COPE Encarna Abascal, secretaria nacional de prevención de riesgos laborales de CSIF.

El máximo para una baja laboral es de un año prolongable hasta 18 meses si se prevé que pueda haber una recuperación en esos 6 meses extra. De no mejorar, el siguiente paso es solicitar una incapacidad, pero según subraya Abascal, “es difícil que te la reconozcan e incluso cuando te la reconocen, la cuantía de la prestación no te permite afrontar tus gastos mensuales así que lo que ocurre en la mayoría de los casos es que esas personas se reincorporan como pueden a trabajar aunque aún arrastren secuelas”.

Desde el 3 de enero está de baja Javier Rodríguez. Tiene 47 años y es policía municipal en Getafe. Sufrió dos accidentes consecutivos en su trabajo, el primero en un codo en una persecución en coche y el segundo en una pierna al perseguir corriendo a un delincuente. Su experiencia con la mutua ha sido, según cuenta a COPE, un desastre: “al darme largas porque hacen lo posible por minimizar sus costes, estuve un mes sufriendo y tuve finalmente que acudir a la Seguridad Social, donde me dieron una cita para una resonancia para dentro de 9 meses y al final todo se ha alargado mucho”.

“Si yo el día de mañana no puedo correr, ¿qué voy a hacer, podré seguir patrullando en la calle? Porque yo quiero seguir patrullando en la calle” subraya.

Mejor fue la experiencia con la mutua de María Jesús Martínez, de 57 años, y es cuidadora en el Centro de Atención a Personas con Discapacidad Física y Psíquica con Discapacidad (CAMP) de Palencia. En noviembre de 2022 una de las usuarias del centro le provocó una caída de espaldas y se rompió el coxis.

“Cuando me caí no me podía ni mover, pensé que estaba inválida. Por fortuna no fue así y sufrí una rotura que me mantuvo un mes y medio de baja, pero ahora ya estoy de nuevo trabajando y me encuentro bien, aunque me han quedado algunas molestias en las lumbares” señala Martínez, quien se plantea a su edad pedir un traslado para un puesto de trabajo que requiera de menos esfuerzo físico que el que tiene actualmente.

A los riesgos de accidente laboral vigentes desde la industrialización, se suman ahora, según explican los expertos consultados por COPE, otros riesgos emergentes como el impacto del cambio climático, la salud mental o la digitalización.