El estrés copa el 15% del gasto laboral por enfermedad en España, ¿cuándo debemos pedir ayuda a un experto?

Nuestro país es el quinto con más estrés de la Unión Europea

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

5 min lectura

A pesar de nuestra tradicional imagen de país de ritmo pausado y de calidad de vida, España es el quinto país con más estrés para la Unión Europea según datos combinados de Eurostat, la OCDE y el Banco Mundial. Y esto es algo que tiene graves repercusiones para nuestra salud y también para la economía. Solo hasta agosto de este año, el coste de las bajas laborales por estrés ha supuesto en nuestro país el 15 por ciento del total del resto de enfermedades.

El coste total, tanto para las empresas como para las mutuas laborales, del capítulo en el que se incluyen los trastornos ligados al estrés, alcanzó los 1.350 millones de euros de un total de 8.848 millones de euros de gasto entre enero y agosto de 2022. Fue el segundo con mayor impacto económico después de los problemas musculares y óseos que han ascendido en lo que llevamos de año a 2.640 millones de euros, según los datos facilitados a COPE por la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT).

Además, la duración media de las bajas por enfermedades relacionadas con el estrés más que duplican las que registran otras dolencias. Hablamos de 99 días de media en el caso de las primeras en 2022, frente algo más de 41 días para el resto de patologías que impactan en nuestra vida laboral.

España es el quinto país con mayor nivel de estrés de la Unión Europea, un ranking que encabeza Serbia seguida de Letonia, Portugal y Grecia. En el extremo opuesto está Islandia por sus mejores registros tanto en el ámbito financiero, como laboral y familiar.

El estrés en el trabajo el de mayor impacto en nuestro país

En el caso español lo que más pesa es, según subrayan, el estrés laboral seguido del estrés financiero y todo por las dificultades para millones de familias de costear su día a día con sus ingresos y por las mayores tasas de paro en nuestro país.

“Nuestro mayor nivel de estrés tiene mucho que ver con el mercado del trabajo en España, con el nivel de exigencia que es muy alto y también con los largos horarios y, como consecuencia de ello, con las dificultades para conciliar la vida familiar con la vida profesional”, explica en COPE Vanessa Fernández, doctora en psicología y profesora en la Universidad Complutense de Madrid.

Sin embargo, en España los empleados a tiempo completo dedican 15,7 horas diarias, el 66 por ciento del día, al cuidado personal (comer, dormir, deporte....) y al ocio (vida social, ver series, lectura, juegos....), una cifra mayor que el promedio de la OCDE que asciende a 15 horas.

Dormir lo suficiente una de las claves para reducir el estrés

Pero paradojas del modelo español de vida es que ese extra de tiempo libre no lo empleamos precisamente para dormir, algo que también influye en nuestros niveles de estrés.

“Las mayores demandas a las consultas de psicología son por estrés por ansiedad y detrás de muchas de ellas está la falta de descanso. Si tenemos falta de sueño vamos a tener una baja vitalidad, una baja energía que no nos va a permitir enfrentarnos a situaciones vitales que de una forma descansada podríamos sobrepasar sin lugar a dudas” subraya el psicólogo del trabajo Tomás Santa Cecilia.

A su juicio, “ser conscientes de que no podemos llegar a todo, pronunciar un no a tiempo no solo en el mundo laboral sino también en nuestras relaciones sociales contribuiría mucho a reducir los niveles de estrés junto a nuestra capacidad de manejar la incertidumbre, el sufrimiento y la frustración”.

Y es que según Santa Cecilia hay cinco grandes detonantes del estrés son “tratar de ser siempre el mejor, quererlo todo de forma inmediata, creer que podemos con todo, no descansar lo suficiente y no saber decir que no”.

Impacto mental, físico y emocional

“Un estrés continuado en el tiempo acaba pasando factura nos lleva al agotamiento y en cada persona se refleja de una forma distinta en función de cuáles son los órganos que tiene más débiles o que son más vulnerables a la tensión”, subraya.

Los psicólogos consultados por COPE coinciden en que “el efecto del estrés no tiene tanto que ver con el estresor en sí mismo sino en como tú te lo tomes” y consideran que “personas con grandes recursos en el ámbito profesional pueden no tenerlos en el terreno personal o familiar y al revés.

Todo va a depender, subrayan: de nuestra personalidad de forma que las personas ansiosas gestionan peor las situaciones estresantes y por otra parte nuestra capacidad de gestión va a depender también de los estilos de auto diálogo interno, la forma en la que uno interpreta la realidad lo que se dice a sí mismo, algo que se va desarrollando a lo largo de nuestra vida”.

¿Cuándo debemos pedir ayuda?

Las señales de alarma son según Fernández “cualquier cambio en el cuerpo que no se deba a un motivo diagnosticado, a veces el primer órgano que avisa es la piel con la aparición de granos o cualquier otro tipo de alteración y también el consumo de sustancias estimulantes para poder afrontar las situaciones cotidianas nos debe llevar a plantearnos acudir al médico. También si hay síntomas de tristeza, de angustia o estamos irascibles o si problemas para dormir, cefaleas, taquicardias o tensión elevada sin causas físicas que lo justifiquen es conveniente acudir a la consulta”.

Visitar a un profesional puede ayudarnos, asegura, “a detectar los recursos que tenemos porque muchas veces nos centramos en lo que no tenemos y no nos damos cuenta de que sí tenemos capacidad para hacer las cosas y que simplemente debemos reactivarla”.

“Los tratamientos o intervenciones psicoterapéuticas actuales están muy perfeccionadas y no hablamos ya de tratamientos de años como ocurría hace tiempo. A los seis meses ya es posible notar cambios que empiezan a consolidarse al año”, señala Fernández.