Paco Ráez: "El 25 de febrero debería ser el día del amor a uno mismo"

Y te preguntarás por qué. Porque un 25 de febrero fallecía, Pablo Ráez, el inolvidable joven malagueño que vivió y murió con una sonrisa en los labios.

Paco Ráez: "Pablo nos enseñó a aceptar la muerte porque forma parte de la vida"

Raquel Pérez Polo

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

La muerte de un hijo es muy difícil de superar. Estamos acostumbrados a sobrevivir a nuestros padres, pero el vacío y la pena que deja el adiós de un hijo, eso...

Dos años lleva luchando contra esa enorme ausencia, Paco Ráez, cuyo anonimato se perdió cuando su hijo Pablo, enfermo de leucemia lanzó un reto a todos los españoles #RetoUnMillón, un millón de donantes para conseguir salvar a chicos como él, en la flor de la vida. "La semilla de Pablo ha calado en mucha gente y en muchos sitios, ahora mucha gente en la misma situación de Pablo es capaz de hablar y exponerlo fuera. Va a ser un poco más difícil porque han bajado la edad para donar de 55 años a 40, porque es mucho mejor una médula cuanto más joven. Hay muchas iniciativas por toda España insistiendo en la juventud para que done y el sistema sanitario está haciendo un gran esfuerzo y llegará porque somos un país muy solidario y llegará a un ritmo menos fuerte que cuando Pablo. Pero hasta entonces todo el mundo creía que le arrancaban un trozo de espalda y ahora todo el mundo sabe que es un pinchazo y que es fácil".

Primer legado de Pablo: Desmitificar el miedo a la donación de médula

 "Ya es cuestión de voluntad" dice Paco, y revirtió la pena, el hundimiento por estar enfermo en sonrisa, algo más que un simple gesto extraordinario, "con el tiempo lo que más he admirado de mi hijo, no es solo su enfrentamiento a la enfermedad sino su sonrisa y su actitud de paz, que fue muy difícil de encontrar, pero la encontró. Pablo siempre sonrió en la adversidad, por eso nosotros que tenemos la suerte de poder disfrutar de cada cosa bella que presenta el día, entonces... es mi camino intentar ser feliz, estar contento, en paz y cuando estoy así noto su presencia mucho más que cuando estoy triste o melancólico" reconoce con voz emocionada Paco Ráez pese a notar su falta cada minuto del día.

Por ello Paco no se permite estar mal, "mi día a día es muy bueno, con mi trabajo, el deporte, reconstruyendo mi hogar con nueva energía, con mi nuevo amor e intentando que la vida continúe. Un tributo a la vida y a la alegría que es lo único que tenemos".

Segundo legado de Pablo: La vida es un instante y venimos a amar 

La enfermedad hizo que Pablo madurara mucho en poco tiempo, "la enfermedad y luego ya la ceguera hizo que comprendiera que la vida es un instante y venimos a amar. Hablar de Pablo es hablar de amor. Dices Pablo y la gente sonríe y es una tragedia muy grande, pero ha conseguido llegar a los corazones de todo el mundo". Pablo consiguió dar mucho amor amándose a sí mismo, por eso su padre propone que el 25 de febrero, día que nos dejó, sea el día del amor a uno mismo. "Está el día de los enamorados que es San Valentín, pero el amor real que uno tiene que sentir hacia sí mismo, de aceptar, perdonar y quererse no hay ningún día y ese día podría ser el 25 de febrero porque el amor a uno es un poco el amor a los demás".

 Tercer legado de Pablo:  Aceptar la muerte porque forma parte de la vida 

"Ese tránsito es mucho más agradable, pero ¿quién es capaz?" se pregunta Paco. Solo seres extraordinarios como Pablo para quien su lucha se podría resumir en una frase de una de sus películas favoritas, 'Mulan': "un grano de arroz puede desequilibrar una balanza", eso es lo que tenemos que intentar "que los sueños de cada uno son importantes y que todos tenemos la capacidad de ser un factor determinante para algo bueno".

Y en ese aceptar que la muerte forma parte de la vida, también está el asumir el fracaso como el que tuvo que digerir Paco al fallar el trasplante de su médula,  "cuando haces todo lo que puedes no puedes hacer más. Mi médula de casi 50 años no puede competir con la de un niño en plenitud, de 18 años, y su cuerpo en plenitud produce células no compatibles. Este tipo de células cancerígenas en gente tan joven era mortal. El segundo trasplante podría haber funcionado un tiempo, pero es mucho el miedo que se genera en torno a la enfermedad. Pablo, aunque se curara con el segundo transplante, estaba el miedo y eso produce un estado de ansiedad que no favorece. Por ello aceptar la muerte como decía él y que forma parte de la vida ese tránsito es mucho más agradable, pero ¿quién es capaz?".

Dos años después de que Pablo se fuera, sigue marcando el día a día de Paco, que habla de él con amigos, en conferencias, comparte, icluso, sus sueños. En unos días se va a presentar el documental "Siempre fuerte", que cuenta la historia de Pablo. Cuando se proyecte en el Festival de Málaga se cumplirá otro legado de Pablo, este muy personal, este solo dirigido a su padre: la vida continúa.

 

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