La formación del futuro: Aprender a programar para crear productos tecnológicos

El mundo del futuro lo van a diseñar las personas que sepan programar

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

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Además de permitirnos comprender cómo funciona la tecnología, aprender a programar marca un antes y un después en nuestro conocimiento digital. Y es que, según los expertos consultados por COPE, solo quienes sepan programar van a poder diseñar el mundo del futuro. Es, subrayan, una habilidad clave en el siglo XXI que nos permite pasar de usuarios a creadores de tecnología.

Su base es el pensamiento computacional y se trata, según explica a COPE la ingeniera informática Elena Planas, de “entender cómo comunicarte con una máquina, como transmitirle la información para que pueda ejecutarla, algo que se puede empezar a trabajar desde la infancia, especialmente a partir de 7 u 8 años cuando los niños ya saben leer y escribir y tienen cierta capacidad de razonamiento lógico y estructural ”.

Tener éxito en este aprendizaje digital depende de que sea algo que nos atraiga y a lo que le dediquemos tiempo, mejor si comenzamos desde la infancia aunque no es imprescindible.

“Lo más difícil es empezar a desarrollar o a poner en práctica habilidades de razonamiento, lógica, estructura y secuenciación. Debemos poder resolver problemas de forma que el ordenador pueda entenderlo, detectar patrones que se van repitiendo en determinados problemas, diseñar soluciones y adaptarlas a problemas similares. Todas estas capacidades se pueden trabajar y son útiles para aprender los lenguajes de la programación”, subraya Planas.

¿Debe ser obligatorio aprender a programar?

En algunos países aprender a programar es obligatorio desde el colegio como en Estonia que fue pionera en Europa desde 2012 o el Reino Unido dos años después. No es el caso en España donde la última reforma educativa tampoco ha convertido en asignatura las ciencias de la computación. A pesar de la Ley Celáa reconoce el pensamiento computacional “como una habilidad clave” figura integrado en la asignatura de matemáticas en primaria y después también en tecnología, opcional en secundaria y bachillerato según la propuesta de contenidos mínimos elaborada por el Ministerio de Educación.

Según José Luis Fernández, al frente del departamento de experimentación educativa del Instituto Nacional de Tecnología Educativa y Formación del Profesorado INTEF, que depende de Educación, “hay controversia en le ámbito internacional sobre si debe ser una materia específica como ocurre en algunos países o de si debe estar incluida como parte de las asignaturas de matemáticas o de informática”.

Sobre lo que no hay debate es que, como ocurre con los idiomas o con el lenguaje digital, la plasticidad del cerebro de los niños favorece el aprendizaje de la programación y que debe hacerse de forma progresiva.

“Primero y ya desde la etapa infantil es posible promover ese aprendizaje sin un ordenador mediante juegos. De ahí, en secundaria, se pasa a sistemas de programación muy sencillos y visuales por bloques como Scratch en los que no se ve el lenguaje de programación que hay detrás. Eso se hará en la siguiente etapa, ya en secundaria, mediante programas en los que ya sí se aprende el lenguaje propio de la programación como Phyton que también se utiliza en el mundo profesional” señala Fernández.

Para Planas "no sabría decir si hay que hacer de la computación una asignatura obligatoria pero sí que, si hay interés, los alumnos puedan tengan acceso a lenguajes de programación que después también van a usar en el mundo laboral independientemente de la Comunidad Autónoma en la que estudien. Lo bueno es que cuando has entendido la lógica y ya dominas un lenguaje de programación es mucho más fácil aprender otros lenguajes porque ya tienes una base”.

Según explica a COPE Alex Gómez Marín del Instituto de Neurociencia de Alicante el objetivo es "aprender una serie de reglas, casi gramáticas o sintácticas, de cómo se tienen que colocar unos determinados elementos para que después el código funcione. Y esto es muy parecido, aunque haya diferencias a cuanto te enseñan a leer una partitura.”

Son habilidades con mucho futuro profesional

“En el mercado laboral saber programar es un gran impulso pero incluso aunque uno no vaya a dedicarse a la informática, saber programar ayuda a estructurar los procesos, a abordarlos y a no frustrarte porque algo no funcione, a ver qué ha pasado y probar una cosa nueva”, señala Fernández.

“Podemos programar ordenadores, escribir código, ejecutar algoritmos y hacer que las máquinas hagan cosas por nosotros, ciertas cosas, esencialmente cálculo. Yo no confundiría lo que hacen las máquinas, esos cálculos por muy espectaculares que sean con el pensamiento humano que es bastante más complejo, es una parte” subraya Gómez Marín.

Se calcula que en España hay unos 300.000 programadores, son profesionales altamente demandados. Tanto, que solo 1 de cada 10 termina un grado de informática, en su mayoría, porque son contratados. Hay también más estudiantes interesados que plazas. Solo el último curso, un tercio de los alumnos interesados en cursar Ingeniería Informática se quedaron sin plaza. Y es que según el Ministerio de Universidades es una de las carreras con mayor empleabilidad un 96,3 por ciento.

“Tiene mucha demanda y, el desarrollo de software, aglutina un número importante de ofertas laborales y así se prevé que sea también en el futuro” señala Planas que dirige el grado de Ingeniería Informática en la Universitat Oberta de Cataluña (UOC) y empezó a aprender lenguajes de programación en el bachillerato.

A su juicio, saber programar marca un antes y un después “te permite pasar de ser un receptor pasivo de tecnología a poder tener un rol activo en su creación por eso el mundo del futuro lo van a diseñar las personas que sepan programar”.