La “foto” del ascenso a un volcán de hace 350.000 años

En la ladera del volcán italiano Roccamonfina se han descubierto las huellas de cinco homínidos que escalaron el volcán después de entrar en erupción 

La “foto” del ascenso a un volcán de hace 350.000 años

Eva Fernández Huéscar

Roma - Publicado el - Actualizado

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En la localidad italiana de Caserta donde se encuentra el volcán son el centro de atención del turismo desde que hace 17 años. En 2003, los científicos descubrieron un primer grupo de huellas, tanto de pies como de manos perfectamente conservadas en la roca, que habían sido impresas sobre la lava del volcán durante el descenso de un grupo de individuos por una pendiente empinada de la ladera. Nadie se explica cómo pudieron caminar sobre la lava caliente que todavía no se había solidificado. Por eso las llamaron “huellas del diablo”.

En aquel momento los antropólogos consideraron que se trataba de una especie humana que habitó la zona hace unos 350.000 años, de la misma época del Homo heilderbergensis de la sierra burgalesa de Atapuerca.

Ahora, un nuevo estudio anuncia el mundo el descubrimiento de nuevas improntas en la ladera del volcán Roccamonfina, atribuidas probablemente a hombres del Neanderthal. Según publica Fangage.it, la publicación titulada "On the devil’s tracks: unexpected news from the Foresta ichnosite (Roccamonfina volcano, central Italy)", en el que han trabajado universidades e instituciones científicas italianas junto a otros especialistas internacionales, ha encontrado catorce nuevas huellas, que a diferencia de las anteriores suben el volcán en vez de bajarlo después de una erupción.

Parece ser que se trataba de un grupo de al menos cinco individuos, un adulto y 4 jóvenes que ascendieron por el volcán despacio, a pesar del calor que tendría que tener la lava aún no solidificada. Se supone que tuvieron que esperar a que la lava se enfriara por debajo de los 50ºC. En aquella época, no olvidemos, se trataba de grupos nómadas, dedicados a la caza y a la recolección de alimentos para el resto del clan.

Estas impresiones son las segundas más antiguas del mundo (sin contar África) tras las de Happisburgh, en Reino Unido, que tienen 800.000 años.