Las nuevas terapias contra el cáncer curan sin efectos secundarios
La protonterapia, una radiación más precisa, segura y rápida
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Más de 200.000 pacientes se han tratado con protonterapia en los más de 70 centros que ofrecen esta nueva tecnología para vencer el cáncer en España. Es la radioterapia de mayor precisión que existe y se llama así porque utiliza la aceleración de unas partículas llamadas protones que ayudan a controlar un tumor con mayor rapidez y seguridad que anteriores tratamientos con fotones.
Juliana no olvida el 29 de junio de 2021 ni lo que le dijeron al diagnosticarle un cáncer de esófago de difícil abordaje: “prepárate porque va a ser fuerte”. Menos de un año después, además de estar curada, no sufre ningún efecto secundario. Si ha sido posible cuenta a COPE es porque ella y su hija optaron por la protonterapia y por los médicos que les encaminaron en esa misma dirección.
Antes de someterse a ese nuevo tratamiento, Juliana Carbajo Fernández, de 72 años, nunca había oído hablar de esta tecnología que está revolucionando el mundo de la radiación. “Toda una esperanza para los tumores más agresivos”, según Antonio Gómez, presidente de la Sociedad española de Oncología Radioterápica. “Me lo han curado, gracias a este nuevo tratamiento, me han curado. Me plantearon operarme si se veía o quedaba algo para limpiar, pero no ha sido necesario. Me encuentro muy bien. Justo fui el lunes a la revisión, que tengo que ir cada tres meses y no estoy cansada y sí, con ánimo de hacer muchas cosas. Como lo que siempre he comido, no me duele nada, me cae todo bien, no me duele nada y no tengo tampoco ninguna secuela. Es lo más rápido y lo mejor” explica a COPE Juliana que se ha tratado en la Clínica Universitaria de Navarra.
Allí, a mitad de los pacientes que se someten a protonterapia llegan derivados de la sanidad pública y la otra mitad son pacientes que van por privado, según explica a COPE Felipe Calvo, director del servicio de oncología en la Clínica Universidad de Navarra . Explica que, de momento, “el sistema nacional de salud lo financia ya sin debate en niños y para una lista relativamente discreta por no decir pequeña de tumores de adulto donde se tiene evidencia de que trabaja mejor que los fotones, pero, en mi opinión, la protonterapia es valiosa para el tratamiento de prácticamente todos los tumores”.
Radiar con fotones o con protones, ¿cuál es la diferencia?
A diferencia de los fotones, los protones tienen peso y masa, son partículas y por ello interactúan de forma distinta en el cuerpo humano. Permiten, según explica Calvo, una mayor precisión y proteger los tejidos sanos. “Va directo a la diana y en el camino a la diana apenas libera ningún tipo de radiación. Esto no ocurre con los fotones que sí van dejando rastro en su recorrido hacia el tumor. Los protones son por ello una tecnología muy limpia en el acceso al tumor y en el depósito de la radiación en el lugar exacto en el que le decimos que debe hacerlo”, subraya este oncólogo especializado en radioterapia.
Es partidario de ir extendiendo el acceso a la protonterapia que ya no se discute en niños y seguir, por ejemplo, con las personas mayores, que también serían grandes beneficiarias porque sus tejidos se han ido deteriorando con la edad y esta nueva radiación limitaría daños colaterales que tienen otros tratamientos.
“Hay dos problemas para poder extender esta tecnología, el primero es que requiere de una infraestructura de gran tamaño. Cuando se miniaturice será más fácil implantarla en los hospitales. Y el segundo es la inversión que requieran las máquinas y que hace que los tratamientos hoy en día sean caros”, admite Calvo.
Tratamientos que se acortan a la mitad
Vencer esos obstáculos es importante porque con la protonterapia subrayan los expertos, los tratamientos largos que se hacen con fotones se reducen a la mitad y los que son cortos se pueden llevar a cabo en una semana. “El sistema sanitario debe cambiar el chip al valorar la extensión de estas nuevas técnicas y calcular también el ahorro que supone en sufrimiento para las personas y el menor gasto sanitario por la mejora en la calidad de vida de las personas que se tratan con protonterapia”, explica Calvo.
La tecnología de la precisión
Para que funcione y sea exitosa la clave es la precisión: “el haz de radiación debe estar perfectamente posicionado y a ello es a lo que más tiempo dedicamos en cada sesión. Además, el paciente tiene que estar inmóvil de forma que para garantizarlo en niños muchas veces es preciso anestesiar. Destinamos unos 20 minutos a la colocación del paciente y luego el tiempo de radiación está por debajo del minuto”, subraya. “Yo lo visualizo como un túnel tipo los de la resonancia, no sé si lo llaman así, pero te tumbas, y hay como una especie de brazo que pasa por encima de ti y que de repente se detiene. Tienes que estar muy quieta, no te puedes mover, pero no tenía miedo ni nada y no hace casi ruido. No sentía nada. Una maravilla”, zanja Juliana tras una experiencia que considera le ha salvado la vida.