Llamadas de esperanza: el confinamiento para los que no tienen hogar
Albergues e instalaciones municipales de toda España se han habilitado para acoger a personas que durante todo el año viven y duermen en la calle
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El confinamiento o este encierro obligado es complicado para quienes están acostumbrados a justo lo contrario: vivir o más bien sobrevivir a la intemperie. Gente sin recursos, sin una casa, que su día a día es el banco de un parque o el habitáculo de una sucursal bancaria. Los llamados ‘sin techo’, algo vital en estos días.
Son colectivos vulnerables, con unas historias personales tremendas detrás, que están acostumbrados a la soledad y no a compartir espacio con otras personas. Estos días lo pasan mucho peor que el resto de ciudadanos. En Madrid, por ejemplo, están alojados en algunos albergues municipales. Además, en IFEMA –el recinto ferial- hay otras 150 personas instaladas en el pabellón número 14. La Unidad Militar de Emergencias y el Samur Social vela por ellos. Debido a la pandemia del coronavirus el ayuntamiento de Madrid ha ampliado la llamada ‘campaña del frío’ hasta el 31 de mayo.
Un techo, comida, higiene personal… pero ellos también quieren hablar con alguien que les escuche. Y esa labor la está haciendo gente como Estela. Esta voluntaria les conoce bien porque durante el año junto con otros compañeros patea las calles de Madrid para darles comida y bebida caliente. Rutas cuando cae el sol donde les ve, les da alimento y sobre todo les escucha.
En esta ocasión, Estela como el resto está confinada en su casa por lo que ese aliento se lo presta por teléfono como ella nos cuenta a COPE. ‘Es preguntarles cómo se encuentran, como lo llevan. Al principio se les hacía bastante duro pero ahora están mejor y a cada momento esperan nuestra llamada’.
Ella habla con personas alojadas en albergues municipales pero también con los que están en IFEMA. ‘Desde allí hemos hecho un enlace a través de Internet en el que cada día nos comunican cuáles son sus vivencias, cómo lo están pasando, cómo lo llevan. El confinamiento allí es bastante duro pero nosotros a través de las redes procuramos darles ánimos y acompañarles en estos momentos que no son nada fáciles. No lo son para nosotros y menos para ellos que están acostumbrados a vivir permanentemente en la calle’.
Personas sin hogar en tiempos en los que ante todo se necesita uno. Y llamadas de esperanza que ayudan a sobrellevarlo lo mejor posible.