Los libros, valiosos estímulos del cerebro infantil durante el verano

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

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En verano niños y jóvenes disponen de más tiempo libre y también de mayor libertad para elegir lo que les apetece leer al margen del programa escolar. Sin embargo los libros compiten estos meses con videojuegos y electrónica y con un sin fin de actividades. Tanto que, en ocasiones, pasan los dos meses sin estrenar un solo título.

Leer tan solo 20 minutos al día dicen los expertos consultados por COPE tienen efectos muy positivos para el cerebro y el desarrollo intelectual de los niños. Si están empezando a leer es muy importante dedicar al menos ese tiempo para estrenar el curso sin problemas en septiembre.

No solo los más pequeños se benefician de la lectura. Educadores y pedagogos insisten en su importancia para el desarrollo intelectual. Y es que los libros favorecen la comprensión, la imaginación, la creatividad y hasta mejoran la empatía. Con ellos aumentamos nuestro vocabulario pero el impacto es positivo no solo en lengua sino también en matemáticas.

Como explica Amelia Barrientos, doctora en Pedagogía, “una incorporación de las letras y de esa información que estamos leyendo provoca un reajuste continuo en el cerebro que nos ayuda a trabajar todas las áreas...las matemáticas, lengua, el inglés...sobre todo las instrumentales que son lengua y matemáticas”.

Dejar de leer en verano tiene consecuencias negativas en el campo cognitivo. Y según estudios recogidos por la Universidad Oberta de Cataluña (UOC) tres veranos sin leer equivale a un año perdido de desarrollo intelectual.

Según una investigación conjunta de las Universidades de Misuri y de Tennesse, el parón en la lectura veraniega puede provocar una pérdida de aprendizaje equivalente a un mes de escuela y más de dos meses y medio en el caso de las matemáticas.

Y es que según subraya Barrientos con un libro en la mano los niños y jóvenes “hacen un esfuerzo mental de procesamiento de la información que influye en todas las áreas. Sin lectura cuesta más reconocer y relacionar los números. También entender los enunciados”.

En verano eso sí, insisten los expertos, es un buen momento para que sean los hijos quienes elijan los títulos que más les llaman la atención. Todo vale con tal de que tengan delante un texto, viñetas incluidas, con el que transportarse a otras realidades.

Así y para Edu, de 10 años, el programa lector está muy claro para este verano. Ha optado por “Cinco Semanas en Globo” de Julio Berne. Jonás de 11 años lee en este momento el tercer tomo del “Diario de Greg” y recomienda “Los cuatro Jinetes” de Anxo Fariña y Aitana, de 13, avanza sin problemas con “Bajo la misma estrella” de John Green. "Es mi madre la que insiste en que lea" nos cuenta pero reconoce que "al final me entretiene".

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