Obesidad infantil: consejos para mejorar la salud de tus hijos y evitar enfermedades graves

Meditación, aprender a respirar, comprender el carácter transitorio de las emociones y liberar pensamientos son claves

La obesidad entre niños y adolescentes se ha multiplicado por 10 en los últimos 40 años

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La obesidad es una enfermedad crónica, compleja y multifactorial, que suele iniciarse en la infancia y la adolescencia. En la actualidad es uno de los más importantes problemas de salud pública entre nuestros niños. Un problema que crece y crece. La Organización Mundial de la Salud advierte que “la obesidad entre niños y adolescentes se ha multiplicado por 10 en los cuatro últimos decenios”. Y de no tomar medidas, “en 2022 habrá más población infantil y adolescente con obesidad que con desnutrición”.

Las conclusiones del estudio dirigido por el Imperial College de Londres y la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierten de que en 2016 pese a que había en el mundo 75 millones de niñas y adolescentes y 117 millones de niños y adolescentes varones con bajo peso, esos mismos niños y adolescentes convivían con niños y jóvenes con un grave problema de sobrepeso.

Insisten los autores del estudio en subrayar que “en muchos países de ingresos medianos -por ejemplo, en Asia oriental, América Latina y el Caribe-, los niños y los adolescentes han pasado rápidamente de tener predominantemente un peso demasiado bajo a presentar sobrepeso. Este cambio podría ser consecuencia del mayor consumo de alimentos de alto contenido calórico, sobre todo de hidratos de carbono muy elaborados, que engordan y afectan al estado de salud durante toda la vida”.

Ante tal incremento de la obesidad infantil y de los adolescentes en todo el mundo, la OMS  pone de relieve que “el sobrepeso y la obesidad han causado una crisis sanitaria mundial que se agravará en los próximos años a menos que empecemos a tomar medidas drásticas”.

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Por ello, propone que llevemos una dieta más saludable y actividad física periódica: limitar la ingesta energética procedente de la cantidad de grasa total y de azúcares; aumentar el consumo de frutas y verduras, así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos; y realizar una actividad física periódica (60 minutos diarios para los jóvenes y 150 minutos semanales para los adultos).

La "atención plena" ayuda a los niños obesos a perder peso

Y si a todas las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud añadimos la terapia basada en la atención plena o mindfulness contribuiremos a reducir el estrés, el apetito y el peso corporal en niños con obesidad y ansiedad. Porque no podemos pasar por alto que en el 86 por ciento de los casos de niños obesos, tienen un papel muy importante factores psicológicos como el estrés, la depresión y la ansiedad que se unen a una mala alimentación y un comportamiento sedentario.

La atención plena es "una técnica psicológica centrada en la atención, la conciencia y la meditación que se había utilizado con éxito para reducir el estrés asociado con enfermedades como el cáncer, la esclerosis múltiple, el trastorno por déficit de atención y la anorexia nerviosa, entre otras", ahora se ha demostrado eficaz contra la obesidad infantil como se recoge en las conclusiones a la que han llegado investigadores del Instituto Mexicano del Seguro Social, un estudio publicado en 'Endocrine Connections', una revista de la Sociedad de Endocrinología americana.

La OMS alerta sobre la obesidad en niños que deberían hacer más ejercicio físico

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Estos hallazgos sugieren que la atención plena tiene el potencial de ayudar a los niños obesos a perder más peso a través de la dieta y puede reducir el riesgo de problemas de salud graves como presión arterial alta o accidente cerebrovascular, aunque se necesita más investigación para confirmarlo.

¿En qué consiste? Las actividades de atención plena incluyen ejercicios para: practicar meditación, aprender diferentes tipos de respiración, mejorar la conciencia corporal mediante técnicas de escáner corporal y escáner de sentidos orgánicos, comprender el carácter transitorio de las emociones, adquieren habilidades para observar y liberar pensamientos, usan la técnica del semáforo para detectar las señales de ansiedad que provocan reacciones impulsivas, y  practicar la alimentación consciente. Al final los niños debían aplicar estas habilidades a su vida diaria. 

Menor peso, menor ansiedad y reducción del estrés

Investigaciones anteriores ya planteaban que muchos trastornos alimentarios asociados con la obesidad, como los atracones, estaban impulsados por niveles elevados de estrés que hacen muy difícil cumplir con los regímenes dietéticos. En este estudio, la doctora Mardia López-Alarcón ha analizado el efecto de la terapia basada en la atención plena sobre el estrés, el apetito y el peso corporal de los niños con obesidad y ansiedad.

Es fundamental enseñar a los niños a controlar sus emociones

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Durante 8 semanas los investigadores han evaluado a 206 niños de los 700 seleccionados en un principio -niños de entre 10 y 14 años-, sanos, que no tomaban ningún medicamento. En un principio comprobaron que los niños obesos que seguían una dieta restringida en calorías junto con terapia de atención plena perdieron más peso y estaban menos estresados por el hambre que los niños que solo seguían una dieta restringida en calorías.

Los niños seleccionados para el estudio completaron un cuestionario de autoinforme para medir los niveles de ansiedad y se registró su índice de masa corporal. A un grupo de 33 niños se les enseñaron habilidades de atención plena en sesiones guiadas de 2 horas, una vez a la semana junto con una dieta típica restringida en calorías. Otro grupo de 12 niños completó una dieta restringida en calorías solamente. La terapia combinada condujo a reducciones significativamente mayores en el peso, la ansiedad y en los niveles de dos hormonas relacionadas con el estrés y el apetito, el cortisol y la grelina (que es la hormona del hambre). Mientras que se observó un aumento en la ansiedad y una reducción de peso más pequeña en el grupo con una dieta restringida en calorías solamente.

"Nuestros resultados sugieren que las dietas restringidas pueden de hecho aumentar la ansiedad en los niños obesos. Sin embargo, practicar la atención plena, así como la dieta, puede contrarrestar esto y promover una pérdida de peso más eficiente", comenta la doctora López- Alarcón.

El aumento de los niveles de ansiedad observados en el único grupo restringido en calorías sugiere que las estrategias actuales de pérdida de peso deben considerar factores psicológicos, así como factores físicos y de estilo de vida, para lograr mejores resultados.

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