El drama de opositar durante la pandemia: "Desmotiva, la incertidumbre no ayuda"

Mas de 92.000 personas opositan en nuestro país. Un esfuerzo que conlleva unos resultados deseados por gran parte de la población.

Celia Hernández

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María, tiene 24 años, oposita a inspectora de la Policía Nacional a la escala ejecutiva. Para ella, sin embargo, la pandemia no ha sido un impulso para estudiar más porque asegura que, "solemos estudiar con una fecha límite y la incertidumbre de no saber cuando va a ser cada oposción te desmotiva y hace que no tengas ganas de estudiar cada día con la misma motivación que teníamos antes".

La situación nos ha hecho adaptarnos a todo lo telemático, también en este sector a través de la teleoposición. Pero María nunca se lo había planteado, "pero después de los meses de pandemia lo vimos como una obligación, al no poder asistir de forma presencial".

Luis, prepara la oposición al cuerpo de funcionarios de la administración local y lleva 2 años y medio de estudio y para el la teleoposición ha sido un descubrimiento, "desde que empezó el confinamiento, en mi academia y en la mayoría, se ha implantado un sistema de teleoposición en el que nos conectamos a través de unas plataformas web para cantar los temas a los preparadores". También Luis explica que lo utilizan para preparar el listamen jurídico, el caso práctico presuprestario y contable que hay en mi oposición. "Es una herramienta buenísima que nos ha servido para preparar las oposicones en lo que va de año".

Antonio es director de una academia de teleoposicones y asegura que "ya lleva de moda hace unos años". Las ventajas que tiene son que "estás a un clic de tu ordenador para abrir un temario, descargarlo, para estudiar o recibir una conferencia y no pierdes tiempo en desplazarte".

Los opositores describen este camino de "montaña rusa".

Marta, ha estado cinco años opositando al cuerpo de letrados de la administración de justicia, en noviembre conocería cuál es la mejor sensación hasta ahora vivida: ver su nombre en el BOE -Boletín Oficial del Estado-. Pero la pandemia se interpuso en su objetivo. Para ella, lo peor de la oposición, además del cansacio, el tener que renunciar a mucha vida social y el desánimo en muchos momentos, es "la falta de convocatorias". Su última conovcatoria tardó en llegar dos años. Una vez que la convocaron hizo el primer exámen, pero a un mes del segundo se decretó el Estado de Alarma y se vieron suspendidos los exámenes orales. Marta asegura que para ella, estando a un mes del exámen "que estás dándolo todo, fue lo peor por lo que a mí el confinamiento no me benefició nada".

Después de todo, cree que las cosas ocurren por algo, el que se tenga que suspender, los momentos tristes, desanimados o muy motivados, porque asegura "aunque pienses que nunca vas a llegar, siempre hay luz al final del túnel".