El médico que tuvo leucemia y ahora cura el cáncer en el Congo: “Tengo que devolver lo que he recibido”

Luis cura el cáncer de cérvix a más de siete mil kilómetros de su casa. Viaja al Congo para poder salvar la vida a más de siete mil mujeres

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Luis Chiva tuvo leucemia. Pero esta no es su historia. Tampoco la de cientos de mujeres que ha salvado como director de ginecología de la Clínica Universitaria de Navarra, donde trabaja. Esta historia tiene lugar a más de siete mil kilómetros. Este médico estaba en el barrio más pobre de Kinsasa, que es la capital del Congo. Allí estaba curando, precisamente, el cáncer a miles de mujeres. Cáncer de Cérvix. Una enfermedad con buen pronóstico en España, pero fatal en la República Democrática del Congo. Ante esa situación, el ginecólogo Luis Chiva decidió salvar vidas y montó el proyecto Elikia, que tal y como cuenta el doctor es “un programa de diagnóstico precoz con la idea de salvar la vida a muchas mujeres a largo plazo”. Su intención es “ser capaces de llegar antes que la enfermedad”.

Luis cogió las maletas y se llevó a su equipo gracias a una visita que tuvo en 2016: “inmediatamente viene a España la doctora Celine Tendobi”. En ese momento tomó una decisión: “Pensé que una de mis misiones como director de departamento era hacer una medicina solidaria”. Así nació el proyecto.

¿Y qué puede aportar el equipo de Luis que no exista ya en el Congo? Lo primero es entender qué situación hay en el país. “Es un país muy necesitado”, expresa el doctor. “No tiene ningún tipo de sistema social de cobertura básica, de jubilación, de sanidad”, señala. Por eso, “la mortalidad por las enfermedades que aquí nos parecen insospechadas es altísima”. Tanto es así que cada año mueren más de 20.000 mujeres de parto en el Congo.

¿Y es posible revertir una situación tan adversa? Luis y sus compañeros creyeron que sí, con un diagnóstico precoz a más de mil mujeres, con solo siete médicos y enfermeros. El equipo hizo test a miles de chicas para comprobar si tenían el virus del papiloma humano y extrajeron muestras de las que estaban enfermas. Pero, sobre todo, llevaron el método que, según la OMS, cura a la mayoría de las pacientes con ese cáncer: la termo-ablación. “Es un sistema de una sonda que se pone en contacto con las lesiones precancerosas del cuello a unos de cien grados”, explica Chiva. Y esa técnica “las quema y las destruye”. La OMS lo señala como “el modo de destruir las lesiones en los territorios de bajos recursos como el Congo”, apunta el doctor.

El motor que mueve a Luis a marcharse a un lugar como el Congo, empezó siendo la adrenalina del viaje, pero acabo siendo otro muchísimo mejor: “la sensación gratificante que me produce servir y ser útil”. Y cree que le coloca “en el sitio en el que tiene que estar en la vida”. Con ello siente lo “afortunado” que es en la vida. En definitiva, le ayuda “a ser mejor persona”.

El grupo pretende salvar hasta a siete mil mujeres. Siete mil vidas, con sus historias, sus familiares, su futuro, que tienen esperanza gracias a Luis y a su equipo. Pero también gracias a todo el mundo que está invirtiendo en el proyecto. Y el ginecólogo avisa: han trabajado duro, pero aún queda mucho por hacer y solo lo conseguirán si tienen financiación. Sin dinero, no pueden salvar vidas: “Necesitamos al menos otros 15.000 euros para cubrir lo que es el proyecto”. Para ello ha puesto una cuenta corriente a disposición de los que quieran ayudar: ES72 0075 0224 3006 0636 0706. Además del Bizum de la Fundación Amigos Monkole, cuyo número es 03997.

Luis Chiva vivió en sus carnes el golpe del cáncer. Eso le hizo ver su trabajo de otra forma. Ahora siente que tiene “aprovechar la vida” porque “se nos va entre las manos". Después de curarse las dos veces de la leucemia, su mensaje es claro: “tengo que devolver lo que he recibido”. Una vida salvada de la leucemia que ha podido devolver la esperanza a otras siete mil personas con cáncer.