Menos pacientes dispuestos a participar en los ensayos clínicos del COVID-19

España es una potencia mundial en ensayos clínicos. Casi una de cada 10 investigaciones de medicinas o tratamientos preventivos o curativos frente al nuevo coronavirus se desarolla en nuestro país. Pero ahora y según los investigadores consultados por COPE con la drástica caída de los contagios son menos los pacientes dispuestos a participar en este tipo de estudios.

El objetivo según explica a COPE Javier Urzay subdirector general de Farmaindustria es reclutar a 28.000 pacientes para los más de 70 ensayos clínicos que están en marcha en nuestro país para encontrar tratamientos eficaces contra el nuevo coronavirus. En su mayoría estos fármacos ya han sido utilizados para otras enfermedades como el cáncer, la malaria o la artritis y por eso su seguridad está probada y pueden emplearse directamente con personas para ver si también son eficaces frente al COVID-19.

Alvaro Juárez tiene 57 años y es jefe de urología del Hospital Universitario de Jerez. Por primera vez en su vida participa como voluntario en un ensayo clínico en el que a la vez es investigador. En su caso se trata de demostrar si la hidroxicloroquina pueden contribuir o no a proteger al personal sanitario y también según explica a COPE “de dar ejemplo”.

En su hospital ni él ni ninguno de los 20 profesionales que participan en el ensayo clínico se han contagiado y los resultados del estudio global con este polémico fármaco que la Organización Mundial de la Salud ha refutado para tratamientos curativos se esperan para finales de mes y se llevan a cabo en 62 hospitales de 13 comunidades autónomas con 4.000 sanitarios.

En este proyecto y según cuenta Juárez a COPE “lo que se trata es de si el fármaco puede prevenir el contagio y esto no lo han cuestionado las autoridades sanitarias mundiales”.

En su caso y como el resto de los participantes el ensayo ha consistido en 4 visitas en total, la segunda de ellas presencial, y en tomar distintas dosis de la medicación o ninguna, el llamado placebo que aleatoriamente fue lo que a él se le asignó.

“Hay estudios en los que tanto los investigadores como los sanitarios saben lo que están tomando y también son válidos. En este caso se hizo así para ponerlo en marcha lo antes posible en plena emergencia sanitaria y para no perder el tiempo de diseñar fármacos idénticos a la hidroxicloroquina pero sin medicamento dentro” subraya Alvaro que espera para finales de junio los resultados nacionales con este tratamiento.

Problemas para encontrar pacientes

Tanto Alvaro, como desde Farmaindustria o prestigiosos investigadores como Mariano Esteban, que lidera uno de los prototipos de vacunas contra el nuevo coronavirus en el Centro Nacional de Biotecnología reconocen que la buena noticia que es la caída en picado del número de casos de COVID 19 está dificultando la posibilidad de encontrar no solo pacientes para los ensayos sino también voluntarios sanos que quieran completar un tratamiento con una situación de riesgo que nada tiene que ver con la vivida en marzo o en abril cuando se pusieron en marcha buena parte de los estudios.

“En España ya no hay tantos casos de infecciones y por eso para ver la eficacia de una vacuna, se necesita una población más elevada de casos, lo que dificulta ese ensayo clínico” señala a a COPE Esteban que considera que se puede suplir esta situación “recurriendo a otros países donde la incidencia sea mayor”.

Otra opción según subraya Jordi Nicolas, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Mutua de Terrassa es combinar los resultados de esos ensayos con los que resultan de la práctica clínica, es decir, de la eficacia observada en los hospitales con los distintos tratamientos administrados durante la emergencia sanitaria. De ello dependerá también el poder afinar con lo más eficaz caso de un nuevo rebrote.

España, potencia mundial en ensayos clínicos

España es el tercer país del mundo en previsión de pacientes para los estudios de coronavirus solo por detrás de Estados Unidos y Reino Unido. Además, nuestro país es el cuarto del mundo en número de ensayos detrás de China, Estados Unidos e Irán.

Es algo que según señalan los expertos es una constante y no solo ahora durante esta grave crisis sanitaria y que se debe a la existencia de un sólido sistema sanitario, al prestigio de los investigadores y de los médicos españoles, a una infraestructura logística e investigadora bien desarrollada, a una legislación pionera en materia de investigación clínica, a unas organizaciones de pacientes cada vez más implicadas y a una industria comprometida con la I+D.