La obesidad aumenta en España entre los niños, jóvenes y adolescentes
El 11'3 por ciento de los menores de 25 años son obesos en España
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El 11'3 por ciento de los menores de 25 años son obesos en España. Un problema que ha aumentado entre el 3 y el 5 por ciento en función del grupo de edad desde el año 2000 según recoge el último Estudio Nutricional de la Población Española (ENPE). Los casos aumentan tanto en chicos como en chicas y especialmente en grupos de población de clase media y baja según explica el director del estudio Javier Aranceta. "Es un problema que tenemos que controlar especialmente en colectivos desfavorecidos, en las familias humildes es donde es mayor el problema no solo de obesidad sino también el riesgo de salud para el futuro y ahí donde tenemos que inisistir es en la educación nutricional” subraya Aranceta.
Por sexos, la prevalencia de la obesidad es mayor en chicos (12,6 %) que en chicas (11,2 %), mientras que la suma de datos de obesidad y sobrepeso en jóvenes de entre 13 y 25 años es del 23 %. Y es un problema porque según subraya Aranceta “al menos la mitad de los que pertenecen a este grupo van a ser adultos obesos” con mayores posibilidades de desarrollar patologías como la diabetes o enfermedades cardiovasculares.
La crisis económica tuvo, asegura, un impacto negativo en la dieta porque “los alimentos con alta densidad energética y poco valor nutricional son baratos”. Reconducirla a un patrón mediterráneo y saludable no es tan sencillo. Es algo que a su juicio debe de hacerse de forma progresiva. Y es que para Aranceta poner a régimen a un niño o adolescente puede ser contraproducente porque “es peor, creamos un conflicto con el alimento”. Lo que debemos hacer es “enseñarles, explicarles y sustituir los alimentos que toma por otros más saludables”. Y el otro pilar fundamental que es la actividad física “movernos con ellos, andar en bicicleta, pasear, acompañarles al baloncesto”. Todo porque “comer entre horas y los alimentos industriales” unidos a “las horas de pantalla y de ordenador” no es la mejor forma de cuidar nuestra salud presente ni futura.