La pandemia crece con rapidez en la India: poco personal sanitario y hospitales públicos sin medios

Moncho Ferrer, de la Fundación Vicente Ferrer, cuenta a COPE que su hospital en Bathalapalli se dedica a la atención de pacientes con COVID-19

Manuel Ángel Gómez

Publicado el - Actualizado

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La India ha pasado a ser el cuarto país con más casos de COVID-19 -en total 604.641-, solo por detrás de Estados Unidos, Brasil y Rusia. Es la segunda nación más poblada del mundo, con más de 1.300 millones de habitantes, y preocupa el creciente ritmo de propagación de la pandemia. “Estamos desde el primer día cada día con más casos, y tal como está la situación ahora tengo miedo de que vamos a sobrepasar a Estados Unidos, Rusia y Brasil, porque hay mucha gente en la India, mucha más que en estos países, y por la pobreza que hay, con mucha densidad de población”, explica a COPE desde Anantapur -en el sur del país- Moncho Ferrer, director de Programas de la Fundación Vicente Ferrer. “Seguramente todavía no hacemos suficientes pruebas, tampoco sé si tenemos los datos correctos”, señala Ferrer, y añade que “piensan que en julio solo en Delhi habrá más de medio millón de casos, y nuestra infraestructura no es suficiente para dar una respuesta”. Dice que “la sanidad en la India básicamente depende del sector privado, el porcentaje del sector público es muy bajo, los hospitales públicos no están preparados para luchar, y tampoco hay suficiente personal sanitario”.

La Fundación Vicente Ferrer (fundacionvicenteferrer.org) realizar su labor humanitaria en los estados de Andra Pradesh y Telangana. Tiene su principal hospital -el de Bathalapalli, a 30 kilómetros de Anantapur- dedicado exclusivamente a atender a pacientes con COVID-19. Esta organización ha estado durante semanas repartiendo 10.500 comidas diarias y ha dado formación a 3.000 personas para fabricar mascarillas. Cuenta Moncho Ferrer que “había una necesidad inmediata, urgente, buscamos grupos de mujeres con experiencia en coser y formamos a 3.000 personas para fabricar mascarillas; en estos últimos dos meses hemos fabricado 4 millones mascarillas, ¡no pensaba que fuera posible fabricar tantas mascarillas en tan poco tiempo!”. Además, están trabajando en una campaña de sensibilización en 4.000 pueblos porque “hay mucho miedo, hay mucho estigma en los barrios donde viven médicos y enfermeras, la gente no quiere que vivan allí, no quieren que vayan a sus tiendas a comprar”.

El gobierno indio impuso primero un confinamiento total, que decidió no mantener para evitar que se hundiera la economía nacional. Ahora tienen un confinamiento light con zonas de contención -llamadas zonas rojas- y un toque de queda de 7 de la tarde a 7 de la mañana. Las tiendas están obligadas a cerrar a las 5.30 de la tarde, las escuelas no han abierto y entre estados no se puede viajar, salvo con una autorización especial.

La India cuenta con una baja mortalidad en esta pandemia en comparación con sus cifras de contagios. Ha registrado hasta ahora 17.834 fallecimientos. A juicio del director de Programas de la Fundación Vicente Ferrer, puede ser que no se conozcan los números reales o que la población tenga más inmunidad.

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