"Parece hecho a medida": un corazón para Luca tras una cicatriz de 9 centímetros y una operación de 10 horas

COPE estrena el quinto capítulo de 'Luca, historia de un corazón', donde el pequeño ha de enfrentarse a una complicada operación de trasplante de corazón de más de diez horas

"Parece hecho a medida": un corazón para Luca tras una cicatriz de 9 centímetros y una operación de 10 horas

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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Ha llegado el día y todos lo saben. Un pequeño corazón, en una nevera con hielos, es la solución para Luca. La única, de hecho. "Un pequeño milagro". En estos términos es como el doctor Gil Jaurena se dirigió a todo su equipo antes de introducir ese pequeño órgano en el cuerpo del pequeño. Así comienza el quinto episodio de 'Luca, historia de un corazón'.

"¿Cómo es posible que un corazón de se ha parado en el pecho de otra persona a equis kilómetros de distancia, que ha estado tantas horas parado y que ahora, en otro sitio distinto, empiece a latir?", fue la pregunta que se hizo. La que le hizo a todas y cada una de las personas que aquella tarde iban a salvar la vida de aquel niño sobre la mesa de operaciones.

El día cero fue frenético. El corazón que estaba a punto de salvar la vida pequeño Luca había recorrido un largo camino. Poco antes de ser trasladado, fue depositado dentro de una bolsa azul con hielo. Comienza la isquemia y los médicos no tienen tiempo que perder. Corren, cogen hielo, recogen todo el equipo y salen destino al aeropuerto. Tensión durante el trayecto hasta allí y miedo a las turbulencias en el avión.

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Mientras tanto, en Madrid esperaban el pequeño órgano con ganas y deseo. Con el único objetivo de salvar la vida de aquel niño. Luca contaba con ellos y en el quirófano 59, todos estaban expectantes. Pudieron tomar aire cuando vieron a los equipos entrar en la sala con la pequeña nevera. Ahí, todo comenzó a bullir.

La doctora Pita y el doctor Gil Jaurena pararon el corazón de Luca. Ahí ya comenzaba la cuenta atrás. Clampan y sacaron el corazón enfermo de Luca. Llamaba la atención la sincronización del equipo. Funcionando a la perfección, como una orquesta en plena Filarmónica. Tic, tac. El tiempo corría. Y la sorpresa llegó entonces.

"Hecho a medida"

El corazón encajaba a la perfección dentro del pequeño de Luca. La textura, el tamaño e incluso el color. Como si la vida supiera que ese pequeño órgano debía salvarle la vida. "Parece hecho a medida", aseguran los médicos. Tras liberar las pinzas, la sangre comienza a circular por el nevo corazón. Y solo treinta segundos para felicitarse por el trabajo. Medio segundo de autocomplacencia en una operación de diez horas y ni una milésima para presumir.

Fuera están los padres y los abuelos de Luca. Unos nerviosos. Otros tranquilos. Lo que sí saben es que detrás de la puerta de aquel quirófano, el pequeño Luca lucha por sobrevivir y que su vida está en las manos de aquellos facultativos. No pasa nada, porque al ver a los médicos salir por la puerta, Ana y Jaime sabían que todo había ido bien.

"Luca ha superado una operación a corazón abierto".

Así es como la madre se derrumba, con los ojos llenos de lágrimas y sabiendo que, por fin, la pesadilla parece que ha acabado. Que el pequeño está a salvo y que vuelve a ser un niño sano. Son más de las diez de la noche. El día ha acabado después de diez horas de tensión y nervios. Y Luca, afortunadamente, ya puede presumir de su corazón nuevo y de la pequeña cicatriz de nueve centímetros que le recordará siempre el porqué está vivo.