Un psicólogo, contra los bulos sobre el coronavirus: “La mejor vacuna es la información fiable”

Jesús Labrador, profesor de la Universidad Pontificia Comillas, advierte de que "cuanta más gente se contagia, más poder de contagio tiene el alarmismo"

Jesús Labrador, profesor de Psicología de la Universidad Pontificia Comillas

Marcelino Abad

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Habrá quien siga pensando que el COVID-19 ha sido creado en un laboratorio, que puede transmitirse a través de picaduras de mosquitos o que la orina infantil protege frente a él. A pesar de que son bulos sin ningún tipo de rigor, su difusión a través de las redes sociales contamina la información veraz, que ha tratado de explicar y contextualizar los hechos conocidos.

Para saber por qué las 'fake news' se propagan tan rápido y qué riesgos generan en un momento de pandemia global, COPE.es entrevisa a Jesús Labrador, profesor de Psicología en la Universidad Pontificia Comillas, que advierte de que "cuanta más gente se contagia, más poder de contagio tiene el alarmismo".

Pregunta (P): Desde que se conocieron los primeros casos de coronavirus se ha tratado de informar siguiendo las explicaciones de los expertos. A la par se han publicado 'fake news' cuyo alcance ha obligado a hacer multitud de desmentidos. ¿Por qué hay quien se las cree antes que a medios fiables?

Respuesta (R): Porque suelen dar soluciones más rápidas, más sencillas y más simples. Explican un hecho que no conocemos. Nadie sabe cómo surgieron los mecanismos reales de transmisión del coronavirus, pero si nos dicen que hay una organización de malvados que lo creó para cargarse a la gente mayor, creemos en esa explicación.

P: Según un estudio publicado en la revista Nature, las noticias falsas se difunden por Twitter “significativamente más lejos, más rápido y más ampliamente que la verdad en todas las categorías de la información”. ¿Por qué pasa esto?

R: Dotar de una explicación "verosímil" a algo cuando no se tiene ninguna hace que las cosas sean más sencillas. Hay un componente afectivo muy relevante en esto, un chivo expiatorio, como una comunidad a la que culpabilizar de algo. Además, nos tranquiliza que siempre sea distinta a la nuestra.

En lo que se refiere a las noticias políticas, se comparten más porque cuesta admitir que el adversario tiene razón. Estamos en una época en la que es más importate decir que el otro es malo que escucharlo.

bulo

P: ¿El ser humano está preparado biológicamente para darle más importancia a lo malo que a lo bueno?

R: Sí, el miedo es un mecanismo que nos ayuda a sobrevivir, nos orienta y desencadena conductas para defendernos. Es algo esencial. Gracias a él hemos sobrevivido. El miedo hace que nos las ingeniemos para combatir amenazas. Por ejemplo, teníamos miedo a no controlar el fuego y creamos las cerillas, teníamos miedo a las corrientes de agua e inventamos los puentes. Cuando el miedo nos lleva a actuar sin pensar, es cuando podemos tener grandes problemas.

P: ¿El miedo llama al miedo?

R: Sí, el miedo es una emoción. Todas las emociones se contagian . Vamos a ver películas que acaban bien para estar felices o vamos a ver películas de miedo para sentir miedo. Si estamos con gente que sufre sentimos dolor. Esto es muy bueno porque nos permite tener vida social. Pero también cuanta más gente se contagia, más poder de contagio tiene el alarmismo. Ante esta situación, la única solución es levantar la cabeza y mirar hacia otros lados.

P: ¿Cómo puede influir la información veraz en una sociedad ante una epidemia?

R: Muchísimo. Sería interesante comparar cómo fueron las informaciones y las consecuencias durante la “Gripe Española” y esta de ahora. Hay más información, sabemos qué es un virus, antes había una idea muy primaria. Tener información fiable y confiar en ella es lo que mejor nos puede vacunar contra el miedo.

P: A pesar de que Fernando Simón, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, recomendó el miércoles no salir de la Comunidad de Madrid ante los riesgos de propagación del coronavirus por otras provincias, fueron muchas personas las que se fueron. ¿Por qué algunas personas no obedecen a los expertos?

R: Porque a veces no nos paramos a pensar o pensamos que no nos puede pasar algo a nosotros. El ser humano no es fundamentalmente racional. Somos más irracionales de lo que creemos. ¿Por qué bebemos copas y cogemos el coche después?

Ante el coronavirus va a haber personas que desobedezcan, pero mucha gente está concienciada. Son generaciones jóvenes que nunca han vivido ninguna restricción. Vivimos en una sociedad de privilegiados donde nos podemos permitir mucha conductas que en otros ámbitos son peligrosas. No obstante, se está creando conciencia social: nada de jueguecitos con esta historia.

P: ¿Qué pasaría si la sociedad no sigue las recomendaciones de los expertos?

R: Es un reto social importante. En este tipo de crisis las soluciones individuales y egoistas son un fracaso social brutal con peores consecuencias para todos. Por ejemplo, si todos fuéramos a comprar un kilo de gambas, no las habría en muchos días, y si además fueran un bien necesario, la estaríamos liando. La solución tiene que ser social. Esto es una prueba.