¿Por qué es tan mala la grasa trans?
La Unión Europea limita desde este 2 de abril el contenido de grasas trans en los alimentos
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La Unión Europea limita desde el 2 de abril el contenido de grasas trans en los alimentos y los expertos en nutrición consultados por COPE se felicitan por una noticia que aseguran solo puede ser positiva para nuestra salud. Y es que, desde ahora, el máximo para la industria será dos gramos de grasa trans por cada 100 de grasa total utilizada.
¿Pero qué son las grasas trans?
Son grasas que en un 5 por ciento están presentes en alimentos naturales como la carne de vaca, la nata o la mantequilla y que en un 95 por ciento se fabrican artificialmente para aportar sabor, textura y durabilidad a los alimentos industriales y procesados horneados o fritos, aperitivos, bollería o margarinas y que según Rocío Zamanillo, experta en nutrigénomica y nutrición de la Universidad Internacional de Valencia, “tienen perjuicios y ningún beneficio nutricional para la salud, no es un alimento sino que hablamos de un ingrediente fundamentalmente artificial”.
¿Por qué son grasas malas?
Lo son porque no aportan nutricionalmente nada bueno al organismo y si muchos posibles perjuicios. Entre ellos y según el endocrino Pablo Suárez, que trabaja en el Unidad de Nutrición Clínica del Hospital Nuestra Señora de la Candelaria en Canarias, “desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes, la aparición de enfermedades degenerativas como el Alzheimer, de algunos tipos de cáncer como el de mama o el de próstata. También promueve el aumento del colesterol malo y más eventos cardiovasculares como infartos o ictus además de aumentar la incidencia de obesidad”.
¿Cómo las van a sustituir?
Hasta ahora el uso de grasas trans no estaba limitado en el Unión Europea más que en preparados para lactantes y leches de continuación con un máximo de tres por ciento del contenido graso total. Pero hace años que se anunció que la restricción entraría en vigor este 2021 y la industria-que los empleaba por el sabor, la textura y la durabilidad que aportan a los productos procesados y precocinados y por su precio- ha tenido tiempo para adaptarse.
Otros países como Dinamarca, Austria, Suiza e Islandia ya habían limitado hace años el uso de las grasas tras al 2 por ciento del total y todo porque según señala Suárez “a mayor consumo de ácidos grasos trans más efectos nocivos puedo acumular en el organismo”.
“Probablemente los fabricantes tendrán que jugar un poco con el sabor y con la conservación del alimento. Si realmente es esencial la presencia de grasas pues deberán de añadir otro tipo de grasas más beneficiosas para la salud” subraya Suárez, miembro del área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición
¿Cuáles son entonces las grasas buenas?
Necesitamos tomar grasa para vivir, aproximadamente el 30 por ciento de la energía o las calorías que tomamos a diario deben ser grasas y “ocurre como con el resto de los alimentos, cuanto más saludables sean, mejor para nuestro organismo”, señala Zamanillo.
“Las grasas de calidad están en los aceites vegetales, en los pescados, en los frutos secos, fuente vegetal pero ricos en grasas mono y polinsaturadas que nos aportan las grasas que necesitamos” subraya.
Grasas como el aceite de oliva que, como recuerda Suárez, "disminuyen la inflamación y reducen la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares e incluso de muerte cardiovascular”.