El reto de abrir una escuela infantil en plena pandemia

El Grupo Arcadia gestiona hoy cuatro escuelas infantiles a las que acuden niños de entre 0 y 6 años. La última se ha inaugurado hace tan solo cinco meses y lo ha hecho a pesar de tener todos los factores económicos, sociales y sanitarios en contra. Los que estamos viendo que genera una pandemia como el COVID. Su director, Ignacio Grimá, nos ha contado a COPE que pese a las dudas y la complicada situación ello no ha frenado su plan de expansión. 'En los últimos diez años hemos realizado un proceso de crecimiento muy ligado a la demanda de las familias de proyectos especializados en educación infantil'.

47 años de experiencia a sus espaldas y una situación inédita en la que han mirado también por los 73 empleados que tienen los cuatro centros. También cuando se vieron obligados a cerrar sus puertas desde mediados de marzo hasta el 1 de julio. 'En todo este proceso hemos mantenido a todo el personal. Complementamos la parte ERTE, hicimos anticipos... por una cuestión ética y de confiar en el largo plazo. Tenemos un equipo maravilloso y creemos que hay que apostar por él'.

¿Cómo han sido estos últimos diez meses? La clave ha sido la adaptación. 'Cuando cerramos activamos el programa online en paralelo. Desde julio que abrimos poco a poco vamos volviendo la normalidad. La decisión de abrir este último centro en el mes de septiembre no la tomamos en ese momento. La habíamos tomado antes porque como es lógico es un proceso que lleva mucho tiempo. Lo que sí es cierto es que decidimos seguir adelante aún viendo que las perspectivas de la sociedad eran muy complicadas. Ha sido una apuesta a largo plazo. Estamos consiguiendo capear una situación muy complicada'.

Personal y familias, un trabajo en equipo

Las familias, nos dice, tienen más confianza en ellos desde el punto de vista sanitario. 'Han visto que en nuestros centros no hemos tenido casos de coronavirus'. A ello el importante desembolso que han realizado en cuestión de seguridad. 'Desde el uso de doble mascarilla en todo el equipo, medidores CO2, grupos superrreducidos o pruebas periódicas de serología a los empleados de cara a anticipar posibles situaciones. El equipo está superconcienciado de momento nos ha ido bien. Yo creo que el haber apostado a hacer las cosas lo mejor posible les ha generado más confianza'.

Poco a poco están regresando la ansiada normalidad. 'Es cierto que en septiembre y octubre se notó una ralentización en la incorporación, pero desde noviembre ya estamos volviendo a tasas más normales'. En este aspecto resalta lo complicado que es para el sector de la educación el sortear este tipo de crisis. 'Tiene unas estructuras de coste muy altas. Desde toda la parte de logística, infraestructuras, para conseguir una licencia... etc. a la parte de la dotación de personal para grupos. Los requisitos son muy altos, algo que es bueno. Todo ello provoca es que si las cosas no van bien toda la inversión en infraestructura la tienes sí o sí que asumir. Los requerimientos son muy altos y para algunas escuelas que lo están pasando mal en este momento es complicado'.

Ignacio Grimá nos hace una reflexión. 'A todos los empresarios de este país esta situación de una forma u otra nos ha cogido en un contexto muy difícil, bien por haber iniciado un proceso de expansión o por otro motivo. Yo creo que lo que a todos nos ha tocado adaptarnos, reinventarnos en la medida de lo posible... y en nuestro caso unido al descenso continuo de la bajada de la natalidad. A nosotros nos ayuda tener un plus de un trabajo vocacional'.