Retroceso en la conciencia social sobre la gravedad de la violencia machista

Los expertos piden mayor protección para las víctimas y para sus hijos

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

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Habituación, negacionismo, contra efectos de la ley del sí es sí o consumo temprano de pornografía, muchos son los factores que explican que, según las expertas en violencia machista, se esté reduciendo el nivel de concienciación social que impulsó la entrada en vigor hace ya casi 20 años de la ley de Violencia de Género. Consideran que la prioridad es ahora recuperar esa sensibilidad al tiempo que mejorar la protección a las víctimas y a sus hijos.

“Hay regresión tanto en los conceptos como en la sensibilidad social, uno de ellos tiene que ver con el discurso de la ultraderecha y ese negacionismo directo de que la violencia de género sea una realidad y otros elementos como la polémica del sí es sí y otros elementos que están interfiriendo en el proceso educativo como el acceso temprano a la pornografía. No es difícil imaginar que hay una correlación directa entre lo que tiene que ver con el nivel de sensibilidad y la confianza que tienen las víctimas en el sistema”, explica en COPE la directora de la Fundación Mujeres, Marisa Soleto.

Con 55 asesinadas en lo que llevamos de año, 6 víctimas mortales más que en todo el año pasado, que dejan huérfanos a 56 menores y otras dos víctimas de violencia vicaria, 2023 marca un trágico repunte de la violencia machista. Solo 13 de las víctimas había denunciado a su maltratador (el 23,6 por ciento), las 42 restantes no lo hicieron, tampoco su entorno, a pesar de que en la mitad de los casos había familiares, amigos, compañeros, vecinos o testigos del maltrato que sufrían y tampoco lo denunciaron.

“Nos hemos acostumbrado a esta situación y no tomamos conciencia nivel social. Hemos avanzado mucho en los últimos años, pero ahora estamos sufriendo un retroceso y las cifras no los dicen. La sociedad está como cansada de que le digan que las mujeres son las que se están llevando la peor parte, pero es que, es verdad, que son las que se están llevando la peor parte, no llegan a verlo y un porcentaje importante de la población se siente atacado. Los mensajes no están llegando bien” subraya Agustina Vinagre, coordinadora del área académica de Victimología y Criminología de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).

Prueba de esa regresión son los resultados de estudios recientes como el de la Fundación ANAR, que apunta a un aumento de la violencia de género en adolescentes del 87 por ciento y señalaba que 7 de cada 10 estas víctimas ni denuncia ni tiene intención de hacerlo. Otro informe en este caso de la Fundación FAD Juventud, mostraba que casi 9 de cada 10 jóvenes dicen reconocer alguna situación de violencia de hombres contra mujeres en su entorno cercano y que casi 1 de cada 4 considera que la violencia de género “no existe o es un invento ideológico”.

Tampoco ha contribuido a una mayor concienciación social, los efectos de la llamada ley del sí es sí con la rebaja de penas a más de 1.000 agresores sexuales y la excarcelación de más de 100 maltratadores. Y es que, según Soleto, “se ha producido una paradoja alimentada por un discurso político que ha podido ser torpe, pero que ha sido utilizado por los elementos más reaccionarios para sembrar una duda en toda la sociedad. Fue un error la rebaja mínima de las penas, pero el significado político y el discurso oportunista desde diversos ámbitos en realidad lo que está perjudicando es al nivel de sensibilidad básico que la sociedad española tiene de este problema”.

Para Vinagre es la mezcla política de algunos elementos de la Ley Trans, con aspectos de la Ley de Si es Sí con la violencia de género, la que está rebajando los niveles de concienciación: “la sociedad en general está negando la violencia de género. Hay muchos mitos, por ejemplo el de las denuncias falsas es un número ridículo del 0,000 algo y se le da una enorme credibilidad. Al final yo creo que la gente necesita creer que no es tan grave, pero lo es”.

Y es que a las mujeres asesinadas se suman las que sufren maltrato con daños físicos y psicológicos. En España se instruyen cada año unos 10.000 asuntos de mujeres con lesiones graves por la violencia machista, algunas con secuelas para toda la vida.

Mayor riesgo de violencia doméstica en Navidad

El año aún no ha terminado y en vacaciones hay más riesgo de repunte de los casos de violencia, sobre todo doméstica que en otros momentos del año al pasar más tiempo en casa los agresores y aumentar con ello el control sobre sus víctimas. 16 de los crímenes machistas se produjeron este año en julio y agosto.

“Se va sumando más tiempo en casa, las frustraciones, el consumo de alcohol y cada una de esas variables aumenta proporcionalmente la probabilidad de que la agresión pueda ser tan grave como para producir la muerte” explica la profesora Vinagre.

Hace unos días la presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial, Ángeles Carmona, admitía que también diciembre es un mes en el que aumenta el riesgo de delitos relacionados con la violencia contra la mujer, al tiempo que llamaba a extremar las precauciones para evitar nuevos asesinatos.

Respuesta mejorable tanto para proteger a la mujer como a los hijos

“Anualmente, entre un 20 y un 30 por ciento de las mujeres que habían sido asesinadas habían denunciado y esto significa que hay un amplio margen de mejora, al menos cuantitativo, en lo que tiene que ser la respuesta judicial y de protección de las mujeres”, subraya Soleto.

Un seguimiento y una protección que también merecen los hijos de las víctimas de maltrato y que la directora de la Fundación Mujeres considera mejorable: “quizás hemos llegado a la situación actual precisamente por dar por válida la idea de que no todos los maltratadores pueden llegar a hacer daño a sus hijos. Ya, pero, ¿hasta dónde nos tenemos que arriesgar? Creo que debiéramos ir a un riesgo cero y que las medidas de 2015 reforzadas en 2021 deben aplicarse y generalizarse y debe prevalecer la idea de que un maltratador no es un buen padre y no debe por ello ejercer ni la patria potestad, ni la custodia”.

Para Soleto, esa restricción debería generalizarse en las decisiones judiciales en el cien por cien de los casos, ya que, según señala, en la defensa del interés superior del menor, debe prevalecer el riesgo de la exposición a la violencia de los hijos sobre el derecho al contacto paterno filial y “este criterio sigue sin aplicarse universalmente”.

No existe hoy por hoy, asegura Vinagre, un perfil de quienes llegan a asesinar a sus propios hijos y ejercen la violencia vicaria, subraya por su parte esta experta en criminología, quien considera que se debería estudiar al tiempo que diseñar una batería más completa de instrumentos para medir el riesgo. Considera que para ello son necesarios más recursos.

Actualmente, 43.000 agentes trabajan en la lucha contra la violencia machista, frente a 27.000 en 2018. En estos 5 años el número de mujeres protegidas ha pasado de 29.000 a más de 50.000. No todas llegan al sistema y es que solo 1 de cada 4 víctimas contacta con la policía. La mitad de las que logran protección tienen hijos a su cargo.